A las 8 en punto, del 20 de abril, cientos de trabajadores, mujeres y jóvenes llenaban la sala en el Recinto Ferial de Puerto Real. Tras el éxito abrumador de la huelga general que tuvo lugar dos días antes, había expectación en el ambiente, sed de escuchar opiniones y, sobre todo, de buscar soluciones. Los carteles del Sindicato de Estudiantes llamando al acto público decoraban la mesa que lo presidía. También en el escenario dos grandes pancartas, una del colectivo de mujeres de los trabajadores ("Exigimos la capitalización de la empresa con dinero público") y otra del Sindicato de Estudiantes ("Por nuestro futuro, ni un solo despido. Nacionalización bajo control de los trabajadores").
David Atienza, portavoz del Sindicato de Estudiantes en Cádiz, tomaba el micrófono para dar comienzo al acto, que se extendería por dos horas. En la mesa estaban presentes, además, Noni Roca y Elvira Moreno (representantes de las mujeres de los trabajadores), Pedro Lloret (miembro del Comité de Empresa de Delphi), Xaquín García Sinde (trabajador de los astilleros de Ferrol, miembro de la corriente marxista El Militante e impulsor del manifiesto estatal de sindicalistas en apoyo a los trabajadores de Delphi) y José Antonio Barroso (alcalde de Puerto Real por Izquierda Unida).
Noni Roca leyó una carta de agradecimiento a los estudiantes por su apoyo entusiasta y su participación activa en la lucha de Delphi y, por su parte, Elvira explicó la opinión de las mujeres, que tienen claro que es necesario que la Junta de Andalucía y el Gobierno den soluciones ya mismo a las 4.000 familias que tienen su futuro amenazado.
Tras ellas tomó la palabra Xaquín García Sinde. Al comienzo de su intervención leyó el saludo que Marcelino Camacho envió a todos los presentes en el acto. Una ovación cerrada siguió a la lectura del saludo. García Sinde continuó explicando que la única salida real al conflicto es la nacionalización de la fábrica bajo control de los trabajadores, esto es, que el Estado la haga pública para mantener así todos los puestos de trabajo, y que esta lucha se puede ganar, aunque para ello hace falta una estrategia sindical basada en la extensión de la lucha a todo el Estado y al resto del sector del automóvil. Enmarcó la crisis de Delphi en la crisis del capitalismo, un sistema incapaz de ofrecer una vida digna a millones de personas en todo el mundo. En un alegato anticapitalista fuertemente aplaudido, levantó la bandera de la lucha por la única alternativa que la clase obrera tiene: el socialismo: "Tenemos que ser radicales, esto es, ir a la raíz del problema, y la raíz es el sistema capitalista".
Tras él, Pedro Lloret explicó la situación por la que estaba pasando la plantilla, desde que el 22 de febrero se anunció el cierre de la factoría de Puerto Real.
Finalmente, la intervención de José Antonio Barroso despertó un enorme interés entre los asistentes. Criticó duramente a la Junta de Andalucía ("los gobiernos no están para ofrecer solidaridad y buenas palabras, los gobiernos están para dar soluciones", afirmó entre aplausos), planteó que la única salida es la intervención pública en la factoría de Puerto Real y llamó claramente a las cúpulas sindicales, mencionando a los máximos dirigentes, José María Fidalgo y Cándido Méndez, a incluir de una vez en sus discursos esta reivindicación. Pidió también al Comité de Empresa y a los sindicatos en la fábrica lo mismo.
Los trabajadores y mujeres realizaron preguntas y vertieron opiniones. Un trabajador de la fábrica, se preguntaba "si no era necesario pasar a una acción sindical más combativa".
Se leyeron otros saludos, como el de Serge Goulart, coordinador de las fábricas ocupadas de Brasil, el de CCOO de Lear Épila, que anteriormente perteneció a Delphi, y el de las trabajadoras de CLECE de Girona, que acaban de poner fin a una dura huelga de varias semanas. Todos ellos fueron agradecidos entre aplausos por los asistentes.

344,69 euros para seguir luchando

Poco antes de dar fin al acto, David Atienza explicó que "los únicos padrinos que tiene el Sindicato de Estudiantes, sois vosotros, la clase obrera, así que os pedimos vuestro apoyo para seguir financiando esta lucha común". No hacía falta explicar nada más. El colectivo de mujeres entregó más de 80 euros a los que los compañeros del SE han dado un valor incalculable, el valor de que el movimiento haya visto útil financiar la lucha de los jóvenes por su futuro y contra el cierre de Delphi con sus propios recursos. Euro a euro, todos los asistentes colaboraron con lo que pudieron y el resultado fue una colecta histórica para un acto que también lo fue.

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