El neonazi Óscar Colino, condenado

Tras dos meses de espera, la juez reconoce en la sentencia la amenaza de muerte que Óscar Colino Damián hizo en el local de la Fundación Federico Engels (FFE) a los allí presentes y que es de "adscripción ideológica reconocida nacionalsocialista, que se advierte a simple vista en los símbolos que luce incluso tatuados en su cuerpo, una esvástica en su antebrazo y un 88 en la nuca rapada".

El neonazi Óscar Colino, condenado

Tras dos meses de espera, la juez reconoce en la sentencia la amenaza de muerte que Óscar Colino Damián hizo en el local de la Fundación Federico Engels (FFE) a los allí presentes y que es de "adscripción ideológica reconocida nacionalsocialista, que se advierte a simple vista en los símbolos que luce incluso tatuados en su cuerpo, una esvástica en su antebrazo y un 88 en la nuca rapada".

A pesar de la gravedad de los hechos, la magistrada sólo le impone una pena 90 euros al considerar "que se trata de una acción (...) aislada, se trata de una única frase y el condenado no exhibió o hizo uso al proferir la amenaza de armas o instrumentos intimidatorios".
En la denuncia presentada en dicho juzgado se dejó constancia de las continuas agresiones neonazis que se han perpetrado a lo largo de los dos últimos años contra nuestros locales. En concreto se dice en la denuncia "desde septiembre de 2006 han ocurrido hechos similares, por otros miembros de este mismo grupo, que han sido denunciados, en algunos de los cuales ha recaído sentencia". Efectivamente, esta última agresión es parte de una serie de ataques de grupos ultraderechistas de Vitoria-Gasteiz como las Juventudes Nacional Socialistas de Álava y Alianza Nacional, grupo en cuya candidatura por Álava a las elecciones generales de marzo de 2008 figuraba el imputado Óscar Colino Damián.
En ese mismo Juzgado Nº 3, con fecha 7 de julio de 2008, un mes después de proferirse las citadas amenazas de muerte, se había hecho otra denuncia porque se presentó en el local un cabeza rapada portando una mochila de estilo militar, al estar la puerta cerrada se dirigió a la cristalera "y medio sacando de la mochila un cuchillo de monte de grandes dimensiones, amenazó con él al denunciante, haciéndose con su dedo una señal de degüello en su cuello". Razón por la que es lógico considerar que las amenazas de muerte proferidas por Óscar Colino son parte de la estrategia de un grupo de ultraderechistas que tiene como objetivo intimidar, presionar y atemorizar a quienes estén presentes en los locales de la FFE, compartidos por el Sindicato de Estudiantes y la Asociación en Defensa de la Mujer Trabajadora.

Doble rasero

Ante un delito de amenazas como el actual se ve el doble rasero de la justicia burguesa. Este verano la Audiencia Nacional ha imputado a Zigor Goikoetxea, miembro de la izquierda abertzale, por un delito de amenazas de muerte contra la concejal del PP de Getxo, María Arrue. Mientras, al dirigente neonazi Óscar Colino Damián que tiene antecedentes penales por su implicación en el caso de la muerte de un emigrante de color, se le impone una multa ridícula de 90 euros en un juicio de faltas. De esta manera, los tribunales renuncian a propinar un castigo ejemplar que disuada a estas bandas de volver a atacar a ninguna organización de izquierdas ni a persona alguna por razón de sus ideas o el color de su piel.
Está claro que de la justicia burguesa no podemos esperar ninguna actitud contundente hacia estas bandas que son utilizadas por la clase dominante para atacar al movimiento obrero, como hemos visto tantas veces a lo largo de la historia. Por ello, la mejor respuesta contra las bandas fascistas es la unión y organización para hacer conscientes a trabajadores y jóvenes de la necesidad de responder todas y cada una de las agresiones que suframos.
¡No pasarán!

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