Los días 28 y 29 de mayo, los compañeros del Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT) Pablo Mayoral y Javier Almazán, junto al director del documental Las armas no borrarán tu sonrisa, Adolfo Dufour, visitaron Euskal Herria para contarnos, de primera mano, la experiencia del COT. La tarde del miércoles 28, el interés por la proyección llenaba la librería Zirika, en pleno Casco Viejo de Bilbo. Al día siguiente, lo mismo sucedía en El Campillo (Vitoria-Gasteiz), donde además contamos con la presencia de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo de 1976.

Antes de proyectar la película, Javier Almazán, hermano de Ángel Almazán, a quien la policía mató de una brutal paliza tras su detención en una manifestación pacífica el 15 de diciembre de 1976, nos conmovía con unas palabras llenas de rabia, pero también de reconocimiento fraternal a Manuel Ruiz, el alma de esta película.

Posteriormente de su visionado pudimos tener un coloquio con los protagonistas de aquella época. El director del filme, Adolfo, nos explicó cómo nace la idea de esta cinta. La insistencia de Manuel Ruiz, hermano de Arturo Ruiz, y la simpatía del propio director hacia las asociaciones de víctimas, terminaron por dar forma a este impactante y conmovedor documental.

Librería"
El búnker franquista, temeroso de perderlo todo recurrió a continuar con su represión sanguinaria y despiadada contra los trabajadores y la juventud que se levantaban.

Desgraciadamente, el compañero Manuel Ruiz falleció antes de poder ser partícipe de su estreno, pero en todos los actos es recordado como se merece. Él fue el alma mater de esta película y también del COT. La emoción en las palabras de Javier al recordarlo son testigo de ello. Manuel, señaló, era un ser humano excepcional y buscó justicia para su hermano de forma abnegada durante décadas.

El testimonio de Pablo Mayoral, condenado a 30 años de cárcel en el verano de 1975, y su experiencia militante nos ayudaron a combatir otro de los mitos con los que el régimen del 78 nos envenena día tras día. Los años finales de la vida del dictador no fueron menos represivos, ni se trató de una dictablanda. El búnker franquista, temeroso de perderlo todo recurrió a continuar con su represión sanguinaria y despiadada contra los trabajadores y la juventud que se levantaban. El consejo de guerra en el que se dictaron las últimas penas de muerte en vida de Franco se produjo el 27 de septiembre de 1975, apenas dos meses antes de la muerte del dictador.

Tras él, contamos con la intervención de Lander García, de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo/Martxoak 3 Elkartea, que nos permitió profundizar en cómo la sombra de la represión franquista se extendió más allá del 20 de noviembre de 1975. En Vitoria está muy presente la masacre del 3 de marzo, tal y como se demuestra en la manifestación masiva en recuerdo de las víctimas que, año tras año, convoca esta asociación, junto a decenas de sindicatos y colectivos sociales.

También salieron temas de la actualidad, al igual que la juventud fue un sector al que el franquismo reprimió con especial dureza, el régimen del 78 hoy también lo está haciendo. Los 6 de Zaragoza o las 7 de Somosaguas son buenos ejemplos de eso. Pero esto no es ninguna casualidad. De la misma forma que, durante los años 70 la juventud jugó un papel muy destacado para precipitar la caída del franquismo, en la actualidad, decenas de miles de jóvenes trabajadores están impulsando las luchas desde abajo: el tremendo movimiento por la liberación de la mujer trabajadora, las movilizaciones masivas por el derecho a una vivienda pública digna o contra el genocidio sionista en Palestina y el militarismo capitalista.

Librería"
En Vitoria está muy presente la masacre del 3 de marzo, tal y como se demuestra en la manifestación masiva en recuerdo de las víctimas que, año tras año, convoca esta asociación, junto a decenas de sindicatos y colectivos sociales

Por eso escuchar la voz de quienes nos precedieron en la lucha es tan importante, nos arma ideológicamente y nos da un ejemplo militante impresionante para las batallas de hoy. Este es el mejor homenaje que podemos hacerles a aquellos y aquellas que nos trajeron la libertad, que arrancaron derechos y que pagaron por ello con sus vidas, con la represión y la cárcel, y sobre todo pagaron sin condiciones por luchar por una transformación radical de la sociedad. No fue en vano.

Además de estos actos, el viernes 29, los compañeros de la Asociación de Víctimas del 3 de marzo/Martxoak 3 Elkartea, prepararon una visita guiada por los escenarios de aquella masacre, como la Iglesia de San Francisco o el barrio de Zaramaga. Tras un período huelguístico que sacudió la ciudad durante más de tres meses, el 3 de marzo, cinco trabajadores fueron asesinados por la Policía Armada, bajo las órdenes de Manuel Fraga Iribarne y Adolfo Suárez. Durante el juicio militar que se celebró, ningún mando policial fue declarado culpable de la masacre, y el caso fue sobreseído.

Las palabras del propio Fraga a la mañana siguiente de la matanza, reflejadas en el corto realizado por la asociación, son lapidarias: “Que este triste ejemplo sirva de gran lección para todo el país en los próximos meses”. Sin duda, una de las frases que mejor refleja el tipo de Transición que preparaban estos “demócratas de toda la vida”.  

Frente a la manipulación de la historia oficial sobre la Transición, y el Gobierno del PSOE y Sumar con su campaña de actos institucionales “España en libertad”, donde las víctimas y sus familiares nuevamente han sido relegadas al olvido, nosotros, los trabajadores y la juventud. tenemos la obligación de dar a conocer nuestro relato, el real, el de nuestra clase. Una clase siempre alejada de los focos de los poderosos, pero que retoma toda su fuerza en películas como esta. 

Gracias a los compañeros y compañeras del COT por empeñarse en ello.

banner

banner

banner

banneringles

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas