Ante un público entregado, compuesto por jóvenes antifascistas, trabajadores militantes y luchadores veteranos, la Fundación Federico Engels, el Colectivo por los Olvidados de la Transición (COT) y Garaje Ediciones presentamos nuestro nuevo trabajo, realizado en colaboración. Una presentación magnífica, emotiva e inspiradora.
Los Olvidados de la Transición. Testimonios de un periodo sangriento, es un relato para rescatar la voz de las y los jóvenes luchadores contra el franquismo que lo dieron todo en defensa de los derechos políticos y sociales, y fueron víctimas de la represión policial, de la violencia del Estado, de las bandas fascistas y de la impunidad que selló aquella falsa transición.
Un testimonio desde el compromiso militante y con mucho corazón
Abrió el turno de las intervenciones Pablo Mayoral, condenado a 30 años de cárcel por un consejo de guerra en julio de 1975. Desde el primer momento, Pablo conectó con una sala llena y expectante.

Empezó poniéndonos en el contexto histórico del final de la dictadura, lanzando verdades sobre el relato oficial mentiroso de aquel periodo. Lejos de la versión que dibuja un paraíso de reconciliación de clases, la Transición estuvo marcada por un ascenso de la lucha social y política, por la militancia activa de millones que querían transformar sus condiciones de vida y pusieron en jaque a una burguesía que no dudó en mantener las palancas represivas del franquismo para garantizar el orden capitalista.
Continuó Javier Almazán, hermano de Ángel Almazán, un joven apalizado cruelmente y hasta la muerte por la policía tras participar en una manifestación el 15 de diciembre de 1976. Durante la presentación, Javier, fiel a su estilo sencillo pero directo, nos explicó muy claramente por qué es tan importante para el Régimen del 78 contar una falsa historia sobre la Transición. El statu quo actual, cuya función es garantizar los intereses de los poderosos como lo hacía el franquismo, no puede permitirse que la verdad sobre este periodo sangriento ponga su legitimidad en tela de juicio.

Javier fue claro: se habla mucho del franquismo, pero incluso entre algunas asociaciones memorialistas, la Transición es un tema tabú. Parece que no se puede hablar sobre ello. Y es porque iría contra los intereses de los poderosos. “Por eso, sí, hay que hablar del franquismo, pero también hay que contar la verdad sobre la Transición”.
Luego tomó la palabra Olga Gutiérrez, viuda de Manuel Ruíz, alma y fundador del COT, y cuñada de Arturo Ruiz, asesinado en enero de 1977 por dos fascistas pertenecientes a los Guerrilleros de Cristo Rey, en colaboración con la policía.Tras explicarnos cómo fue aquel crimen, Olga nos narró también cómo estas bandas de terroristas fascistas actuaban estrechamente para el Estado. Su labor fue la de llevar a cabo “las ejecuciones que la policía no podría hacer, para exterminar y amedrentar a los jóvenes que estaban luchando”. Más adelante, también nos narró la extraordinaria recepción que está teniendo el libro, presentado en la Feria del Libro de Madrid.

Después llegó el turno de Juan Ignacio Ramos, secretario general de Izquierda Revolucionaria, fundador del Sindicato de Estudiantes, militante comunista ya desde el periodo que se narra. Compartió su experiencia sobre cómo vivó el asesinato de Yolanda González, activista estudiantil y militante revolucionaria, secuestrada y asesinada por miembros de Fuerza Nueva, y el de José Luis Montañés y Emilio Martínez por los disparos de la policía en una manifestación en las calles de Madrid.
Juan Ignacio continuó explicando las consecuencias de no haber depurado al aparato del Estado franquista. Y cómo la Transición supuso un cambio de maquillaje del régimen para que todo siguiera dentro del orden establecido. Ahora, a día de hoy, este mismo aparato estatal es el que extiende una alfombra roja a la extrema derecha y a la derecha extrema. Insistía: “no somos nostálgicos, sabemos que las nuevas generaciones se van a levantar”. De igual manera, Pablo Mayoral recordaba: “la historia está por hacerse”.

Recoger el testimonio de quienes nos precedieron, para ganar los combates venideros
El brutal genocidio en Gaza, las guerras imperialistas, el ascenso global de la extrema derecha, la rampante represión a la izquierda combativa… nos muestra cómo volvemos a estar en un momento de crisis profunda del sistema capitalista. Y cómo la burguesía y sus representantes políticos irán hasta el final para aplastar a la clase trabajadora si es necesario.
Por eso, es un auténtico escándalo que el Gobierno central, de PSOE y Sumar, enarbole la bandera mentirosa de la Transición modélica en lugar de dar reparación, reconocimiento y justicia a sus víctimas, de promover el juicio y castigo a los responsables, todos impunes, para arrojar luz sobre este periodo oscuro. Este Gobierno que tanto habla de los peligros de la reacción, de antifascismo, de memoria democrática, en el campo de los hechos, demuestra que está en el mismo barco que los Borbones, Aznar, Abascal y Ayuso.
El libro de Los olvidados de la Transición es un tesoro y es un arma. Un tesoro porque rescata y mantiene viva la memoria de jóvenes trabajadores, muy jóvenes, que convencidos de la necesidad de conquistar un mundo libre de verdad entregaron lo más valioso que tenían. Y es un arma ideológica que arroja verdad sobre una bruma de revisionismo histórico repugnante.

Así lo vivimos en el Espacio Rosa Luxemburgo, llenos de entusiasmo para seguir la lucha incansable contra los monstruos que genera el capitalismo, y por un mundo sin opresión ni violencia.
¡Verdad, justicia y reparación!