La barbarie sionista en Palestina no cesa. La farsa del plan de paz se ha desnudado como lo que es: una maniobra del imperialismo para culminar la limpieza étnica y tratar de aplacar al movimiento de masas de solidaridad con el pueblo palestino.

El plan de paz de Trump fue finalmente aprobado el pasado 17 de noviembre en el Consejo de Seguridad de la ONU. La resolución, aprobada con 13 votos a favor y la abstención de Rusia y China, le entregaría el control de Gaza a una Junta de Paz presidida por Trump y establece la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización. Según la resolución, la Junta transferiría los poderes al Gobierno Autónomo Palestino cuando “haya completado satisfactoriamente su programa de reformas”… sin detallar si quiera cuáles son esas reformas.

Esta pantomima le entrega Gaza a los genocidas y pretende arrodillar y expulsar a su pueblo, convertir la franja en un resort exprimiendo a los gazatíes que se queden como mano de obra esclava y que las empresas sionistas y norteamericanas fundamentalmente, obtengan ingentes beneficios. Esta es la “legalidad internacional” que supuestamente defiende los derechos humanos.

El sionismo, lejos de parar, ha mantenido sus planes supremacistas y criminales contra el pueblo palestino. Desde la firma del trato de paz Israel ha violado 393 veces el alto el fuego y asesinado a 279 gazatíes. Gaza sigue arrasada con el 80% de los edificios dañados o destrozados, el 90% de las viviendas destruidas y el 80% de las tierras de cultivo arrasadas.

El Estado sionista ha convertido Gaza en una gran cárcel a cielo abierto y en una fosa común. El siguiente paso es poner en marcha los planes para convertirla en un complejo turístico de lujo, cuya construcción supondrá un negocio multimillonario para las constructoras sionistas y yanquis.

Pero las pretensiones de Netanyahu y el Gobierno sionista no se quedan ahí: el Parlamento de Israel ya ha aprobado debatir un proyecto para anexionarse completamente Cisjordania, a la vez que mantiene una ofensiva criminal y de limpieza étnica con las falanges de colonos fascistas.

La complicidad de los Gobiernos occidentales

La rapidez con la que todos los Gobiernos europeos salieron a anunciar el apoyo al plan de Trump es un reflejo del enorme nerviosismo que había desatado el movimiento de masas internacional en solidaridad con el pueblo palestino. Un movimiento de masas que no solo ha levantado la bandera del antisionismo y la solidaridad internacionalista, sino que también ha señalado a todos los Gobiernos capitalistas como lo que son: cómplices necesarios de la matanza.

Ese es el caso del Estado español y del Gobierno PSOE-SUMAR. Todos los discursos y declaraciones de Pedro Sánchez expresando su apoyo al pueblo palestino quedaron retratados al anunciar el apoyo entusiasta al plan de Trump.

Durante dos años de genocidio, con su inacción, su mirar para otro lado, incluso con su apoyo explícito a Netanyahu (como el Ejecutivo alemán o la propia Comisión Europea), los Gobiernos capitalistas y las instituciones internacionales han dejado claro que la barbarie sionista es una expresión más de la crueldad de este sistema.

Pese a toda la palabrería sobre el respeto a los derechos humanos, la realidad se ha mostrado con claridad ante los ojos de millones en todo el mundo: solo la solidaridad internacionalista, de la clase obrera y la juventud puede derrotar los planes del sionismo. Ha sido precisamente este movimiento de masas el que, poniendo contra las cuerdas a los Gobiernos de multitud de países, ha obligado a la comunidad internacional a promocionar la pantomima del plan de paz. Este es el verdadero terror de los sionistas y sus aliados: que la lucha por la libertad de Palestina desemboque es un levantamiento social contra el propio sistema y sus defensores.

El pueblo palestino ha sido traicionado en múltiples ocasiones por sus supuestos aliados de la comunidad internacional. Pero quien no le ha traicionado ha sido la clase obrera de todos los países, que hemos sentido el sufrimiento y el dolor de nuestros hermanos y hermanas gazatíes como propio. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria llamamos a toda la clase trabajadora y la juventud del Estado español a participar en las movilizaciones del 29 y 30 de noviembre contra el genocidio en Gaza y por la libertad de Palestina. Levantemos un poderoso movimiento de solidaridad que enfrente al sionismo y a sus cómplices en occidente.

¡Palestina libre desde el río hasta el mar!

¡Todas y todos a las manifestaciones!

banner

banner

banner

banner

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas