¡Sí al derecho a decidir! ¡Echar a CiU de la Generalitat!

Tras la celebración del 9-N CiU situó la convocatoria de unas elecciones de carácter plebiscitario, condicionada a la formación de una “candidatura de país”, como el siguiente paso a dar en el llamado “proceso soberanista”. La exigencia de candidatura única era una burda maniobra para intentar camuflar el declive y la crisis de CiU, agravada por la caída en desgracia del honorable expresident Pujol, acosado por casos de corrupción. Además, Mas se sentía cómodo con la negativa de ERC de aceptar una candidatura única: les responsabilizaba de paralizar el proceso soberanista y tenía una excusa perfecta para no convocar elecciones y agotar los dos turbulentos años que restan de legislatura apoyándose en el PSC en caso necesario.

En medio de la negociación entre CiU y ERC, CiU lanza la propuesta de aceptar la convocatoria de elecciones anticipadas con candidaturas separadas siempre y cuando todas las “personalidades independientes” (incluyendo a Carme Forcadell de la Assemblea Nacional Catalana) estuvieran en su lista; pese a ser una provocación, ERC lo acepta. Así, tras meses de discusiones se alcanza un acuerdo: elecciones sin la lista única que quería Artur Mas y CiU pero, en vez de en marzo, como pedía ERC, en septiembre. La consecuencia principal del acuerdo de convocatoria de elecciones anticipadas para el 27-S es la aprobación por ERC de los Presupuestos de 2015, ofreciéndose incluso Oriol Junqueras a entrar en el Govern durante los próximos meses para darle la estabilidad necesaria hasta la celebración de las elecciones.

Situación social al límite

El intento de presentar los Presupuestos de 2015 como unas cuentas más sociales gracias al apoyo de ERC es una burda mentira. Se trata de un nuevo ajuste que se suma a la salvaje sangría de recortes aplicados desde 2011, con la vuelta de CiU a la Generalitat. El pago de intereses de la deuda y amortizaciones continúa aumentando, superando los 8.000 millones de euros, un 25% del presupuesto. El gasto social per cápita retrocede a los niveles de 2004, existiendo ahora una situación de completa emergencia social, con la pobreza y el paro en cifras récord. La inversión pública se queda en 1.494 millones de euros frente a los más de 6.000 millones de 2010. En educación, por ejemplo, se reducen en 55 millones de euros los recursos para guarderías, al tiempo que se aumenta un 17,5% el gasto destinado a conciertos educativos. En el ámbito de la dependencia, las ayudas para inserción laboral a los discapacitados pasarán de 4,95 a 2,3 millones de euros, mientras la partida para el gabinete del Departament de Empresa y Empleo crece un 24,5% (de 113,6 a 198,8 millones de euros). Son sólo algunos de los ejemplos más sangrantes. Incluso la devolución de la paga extraordinaria de Navidad de 2012 a los funcionarios (que tampoco cobraron en 2013 y 2014), medida social estrella, resulta un auténtico fraude, ya que sólo se devolverá una parte, y además es consecuencia de una sentencia judicial que obliga a su devolución por haberse tramitado incorrectamente. También se ha presentando una nueva ley de FP como parte del acuerdo entre ERC y CiU, en la línea de la Ley Wert, regalando la FP a las empresas y con tasas de más de 400 euros.

¡Sí se puede!

En medio del tira y afloja entre CiU y ERC, el 21 de diciembre se presenta Podemos con un acto en Barcelona que es un éxito arrollador, juntando a más de 6.000 personas e irrumpiendo con fuerza en el panorama político catalán. Catalunya es completamente partícipe de la ola de cambio que se vive en el conjunto del Estado español y que se está reflejando con la irrupción y la ampliación del apoyo a Podemos. El portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, tras este mitin masivo, salió a atacar a Podemos calificándolo de “casposo”, al puro estilo del PP, mientras otros miembros de CiU planteaban que Podemos era un “caballo de Troya” contra el proceso independentista. Es obvio que la burguesía catalana teme que el auge de Podemos desbarate su estrategia de utilizar la cuestión nacional como una forma de desviar la atención sobre los recortes sociales. De hecho, la convocatoria de elecciones el 27 de septiembre, inmediatamente después de la Diada y antes de las elecciones generales, tiene como objetivo neutralizar al máximo el “efecto Podemos” en Catalunya. En todo caso, es probable que en las elecciones municipales se produzcan victorias de candidaturas de Podemos o Guanyem en Barcelona y su cinturón rojo. El impacto de este vuelco también le podría complicar las cosas a CiU y, si no las tuviera todas consigo, no sería descartable que aplazase las elecciones del 27-S para volver al plan inicial de agotar la legislatura.
Recientes encuestas sitúan a Podemos como primera fuerza en Catalunya en unas generales con un 23% de los votos, por encima tanto de CiU (17%) como de ERC (15%). Se han convertido en un eje central de la situación en Catalunya, fusionándose la cuestión social con la cuestión nacional en un sentido de transformación social. Incluso en unas elecciones a la Generalitat las encuestas indican que CiU y ERC, tanto en listas únicas como separadas, no alcanzarían la mayoría absoluta. La posición de Podemos, favorable al derecho a decidir pero intransigente con CiU, rechazando abrazarse tanto a Rajoy como a Mas, en alusión al famoso abrazo de David Fernández, respresentante de las CUP, ha conectado con un profundo sentimiento de hartazgo. Tal y como estamos viendo en Grecia, la lucha de la clase obrera en Catalunya, como en el resto del Estado español y en el conjunto de Europa es la misma, contra el capitalismo y por la transformación socialista de la sociedad.

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