Tras muchos meses de negociaciones privadas, en las últimas semanas hemos podido ir desvelando algunos de los detalles sobre el famoso proyecto que el multimillonario Sheldom Adelson pretende ubicar en alguna zona de Madrid o Barcelona, conocido popularmente como Eurovegas y que según el Partido Popular va a traer la prosperidad de nuevo. Adelson, el famoso magnate de 78 años, es considerado el decimoquinto hombre más rico del mundo según Forbes, con una fortuna en torno a los 21.500 millones de dólares, responsable de varios complejos de casinos en todo el mundo a través de la empresa estadounidense Las Vegas Sands y que ha extendido sus tentáculos a Macao o Singapur. Con la excusa de atraer una jugosa inversión de 18.800 millones de euros y los supuestos 164.000 empleos directos que se crearán, los dirigentes del PP no han puesto reparo a ninguna de las modificaciones legales necesarias requeridas por Adelson. Son evidentes los mecanismos que Adelson ha utilizado para convertirse en un multimillonario y que reclama aquí para seguir haciendo fortuna. Entre sus condiciones destacan: la modificación del Estatuto de los Trabajadores para flexibilizar lo que según él son unos convenios colectivos demasiado rígidos; cambiar la Ley de Extranjería para poder emplear más fácilmente a extranjeros (se puede imaginar fácilmente en qué condiciones); dos años de exenciones en el pago a la Seguridad Social; también pide subvenciones por los puestos de trabajo que se generen en la construcción del proyecto; cesión de ayuntamientos y gobiernos regionales del suelo público; diez años de vacaciones fiscales sobre la tasa de juego; autorizaciones de licencias sin concurso; cambiar la ley de prevención del blanqueo de capitales; el permiso para que sus casinos concedan créditos a los jugadores o permitir la entrada a menores de edad.
Queda claro lo que los se pretende imponer a los trabajadores que trabajen en este complejo: unas condiciones miserables y precarias, sin condiciones ni derechos. Así el beneficio para el empresario está garantizado. Pero por otro lado, también es muy destacable el modelo de ocio que los empresarios, Adelson a la cabeza, y el Partido Popular defienden. Lejos de favorecer la creación de empleo y el reflote de la economía en el Estado español, las consecuencias de la construcción de Eurovegas en la zona no serían en absoluto beneficiosas para los trabajadores de la zona. El ejemplo de otras zonas donde Las Vegas Sands ha construido macrocomplejos similares como el de Macao es revelador. Para empezar está sujeto a un régimen especial, al ser la única región de China en la que está permitido el juego. Esta ciudad ha sido el escenario en los últimos años de oscuros episodios de blanqueo de dinero, redes de prostitución organizada, financiación de actividades terroristas y numerosos delitos de drogas, crimen organizado y apuestas ilegales.
Queda claro que este modelo no beneficia a ningún joven o trabajador sino que se basa en lo peor del capitalismo para generar beneficios rápidos para grandes empresarios a costa de cualquier cosa.