El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, con la presencia de tres consejeros de Izquierda Unida, ha dado luz verde a lo que el propio Griñán ya ha aprobado por decreto: aplicar los recortes a funcionarios e interinos en la nómina de julio como anticipo al plan de recorte de 2.700 millones de euros en las cuentas públicas. El planteamiento de que el decreto es susceptible de “mejora” en el trámite parlamentario, no tiene ninguna base material y no puede engañar a nadie. Ya hemos visto cómo la negociación con los representantes sindicales ha deparado un fracaso, además de ser calificada por éstos como “maniobra de distracción” y “paripé”.

El propio Valderas, viceprsidente de la Junta y coordinador general de IU Andalucía, continúa con un discurso idéntico al que esgrimen los mandatarios del PP, del PSOE o de CiU cuando justifican su política de recortes alegando que son dolorosos, que no gustan a nadie pero que son ajustes impuestos desde arriba o que responden a la necesidad de cuadrar los presupuestos o de controlar el déficit público.
Los recortes aplicados por el gobierno de la Junta no son mejores que los emprendidos por el gobierno central y en otras comunidades autónomas. Responden al mismo interés de clase y como tal hay que identificarlos. Los planes de ajuste, de reducción del gasto y de la inversión social, de desmantelamiento del estado del bienestar y las conquistas sociales y laborales son la respuesta de la burguesía, de los grandes fondos financieros y de inversión, de lo que se ha popularizado como “los mercados”, ante la crisis capitalista y la contracción de la actividad económica. Ellos dictan las leyes y las reformas y los gobiernos de los estados nacionales las ejecutan, escenificando ante los ojos de todo el mundo la farsa de la democracia burguesa, que no es otra cosa que la dictadura del capital.
El gasto público está subordinado al pago de la deuda y los intereses y para garantizar que estos parásitos multimillonarios continúen obteniendo beneficios los demás tenemos que reducir nuestros salarios y nuestras condiciones de vida. Esto funciona así también en la Junta. El capítulo de intereses que hay que pagar a la banca por la deuda contraída asciende a casi 3.000 millones de euros, ¡con este dinero ya no haría falta atacar a los trabajadores y los servicios públicos! Pero al igual que sucede en el gobierno central y en todos los gobiernos burgueses, la prioridad, los fondos intocables, los que no tienen recortes son los destinados a banqueros y grandes empresarios.

¡Luchar contra los recortes, no aplicarlos!

Precisamente, compañero Valderas y demás diputados de IU, lo que tocaba era que nuestros representantes en el gobierno de la Junta defendieran públicamente el bloqueo del pago de la deuda como medida estrella del ajuste para cumplir los compromisos impuestos por Madrid y Bruselas. ¿No querías recortes Mariano?, pues ahí van esos para tus amigos capitalistas a los que sirves. Si no hay dinero para los trabajadores tampoco lo hay para los banqueros. Esto es lo que dice el programa político de IU y del PCA que vincula a todos los militantes y especialmente a los cargos públicos. Esto es lo que el propio Valderas decía antes de las elecciones y, en última instancia, la razón por la que muchos trabajadores, también de la función pública, confiaron en nosotros y nos dieron el apoyo en las elecciones autonómicas.
La tarea fundamentales de IU y el PCE, en estos tiempos de crisis del sistema y de ataques a las conquistas sociales y laborales es defender los derechos y las condiciones de vida de las clases trabajadoras, y eso significa luchar en los parlamentos y en la calle contra las políticas de recortes y de ajustes que los gobiernos burgueses pretenden imponer. ¡Luchar contra los recortes, compañeros, NO aplicarlos!
Los miembros de la dirección regional de IU y el grupo de diputados con Valderas a la cabeza tienen que rectificar y oponerse frontalmente a los planes de la burguesía, a los planes del capital y a la docilidad con la que los dirigentes de la socialdemocracia aceptan estos planes y no están dispuestos a luchar contra ellos. Si continúan con la aventura que han emprendido aceptando los recortes y las políticas de ajuste, si se convierten en instrumentos más o menos conscientes de la burguesía y el aparato del Estado el daño puede ser irreparable para la organización.
Hay que tener en cuenta que estas decisiones trascendentales se están produciendo no sólo al margen del programa político, el programa electoral y la firma ante notario del coordinador andaluz de IU, sino al margen de la democracia orgánica interna de IU, es decir, sin que se hayan reunido y aprobado este cambio de rumbo en los Consejos Provinciales y el Consejo Andaluz como mínimo, incluyendo la voz de las bases y de las asambleas locales. En nuestra opinión, los diputados y cargos públicos que están colaborando con los recortes lo hacen por su cuenta y riesgo, sin representar ni a los órganos ni al programa de IU, es decir, sin representar al conjunto de la organización a la que deben sus puestos. Sencillamente, estos compañeros y compañeras, de continuar con estos errores políticos de principio, se sitúan fuera de la organización.

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