La razón alegada es que estaba pendiente un laudo arbitral sobre la vigencia del convenio actual. Legalmente no es posible una huelga sobre materia pendiente de laudo; con este argumento obligaban a la asamblea a decidir: o aceptáis no luchar por el convenio, o caeréis en la ilegalidad (y sin el respaldo del Comité, por supuesto). En este chantaje no sólo participaron los dirigentes de UGT, APPTUV y CCOO, también los de CGT. Sin embargo, este razonamiento no está nada claro, pues el contenido del laudo no es el convenio en sí, sino la vigencia del mismo. De hecho, a varios miembros del Comité se les escapó que efectivamente, no estaban obligados a desconvocar las huelgas, pero que los árbitros habían pedido hacerlo, y había que quedar a bien con ellos…
El tema es más grave todavía porque, como denunció TUC (el único sindicato que no aceptó estas falsas explicaciones ni la desconvocatoria), quien pidió iniciar el arbitraje, y de forma precipitada, fue la mayoría del Comité, y no la empresa. Es evidente que de esta forma se quitaban de en medio unas convocatorias de huelga que, en el mejor de los casos, sólo eran un farol para que la dirección de la EMT mejorara en algo su propuesta.
Y es que la mayoría del Comité valora mucho más los informes favorables de catedráticos, la personalidad de los árbitros, las demostraciones de buena fe ante la empresa, que la movilización masiva y bien organizada de la plantilla, la extensión de la lucha, la búsqueda del apoyo de los usuarios, y en definitiva los métodos de clase y combativos necesarios. El epílogo de esta actitud desmovilizadora es la decisión del Comité de desconvocar las manifestaciones de los miércoles, desobedeciendo así la decisión de la asamblea. En estos momentos, increíblemente, no existe ningún tipo de movilización contra un convenio que implica, no sólo no recuperar las pérdidas impuestas hace tres años, sino que continúa el empobrecimiento de la plantilla durante otros tres. Aunque se mantiene la convocatoria de huelga para Fallas, nadie puede creer que se mantenga. El apoyo que ofreció el Sindicat d’Estudiants en la última asamblea, y su opinión de que hace falta llevar la lucha adelante, fue despachada por un miembro del Comité con estas palabras: “no hagáis caso de supuestos salvadores”. Un auténtico bochorno para muchos trabajadores, que felicitaron a la compañera del Sindicat d’Estudiants que habló.
La mayoría del Comité intenta por todos los medios inocular en la plantilla una idea perniciosa: somos débiles, las leyes están en nuestra contra, no podemos hacer más. Para incidir más, crean un mal ambiente entre los trabajadores, demonizando cualquier crítica. Desde aquí contestamos: el único sitio donde hay debilidad es en el Comité. La rabia de los trabajadores, las lecciones de todos estos años, y el ambiente social general, confluyen permitiendo una enorme fuerza potencial. La plantilla está dispuesta a los mayores sacrificios, a huelgas e incluso a la huelga indefinida, pero con una única condición: que no sean un farol, que se organice bien y con suficiente antelación, contando con las asambleas como órganos auténticamente decisorios, organizando un Comité de Huelga con todos los trabajadores dispuestos, y buscando el máximo de extensión. En definitiva, con representantes de los trabajadores que sean los más luchadores, los más decididos, y que apliquen los métodos tradicionales del sindicalismo de clase.

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