Qué duda cabe de que es una buena noticia, consecuencia de la movilización de los trabajadores, como también fue consecuencia de nuestra movilización y de nuestro rechazo al convenio colectivo que el pasado 4 de diciembre la dirección de Navantia no presentase el anunciado plan de empresa. Pero no es menos cierto que el flotel, siendo un alivio, no soluciona el problema, ya que sólo dará ocupación a unas 400 personas, cuando la plantilla de la principal en la ría supera los 2.000 trabajadores y las compañías suman varios miles más. Por tanto, tenemos que continuar la lucha.

En las últimas semanas vimos la victoria de tres luchas: la huelga de la limpieza viaria de Madrid, Gamonal y la marea blanca madrileña.
Estas tres luchas se caracterizaron por la movilización permanente y la inmensa simpatía popular que despertaron. En las tres hubo una total determinación a frenar los ataques. ¿Tiene la lucha de Navantia las características que llevaron a la victoria esas tres luchas? Lo cierto es que estamos lejos.
No se hizo nada serio contra los despidos de miles de compañeros de las auxiliares, los dirigentes sindicales de las distintas factorías tienen discursos localistas y la movilización, iniciada en Ferrol hace casi tres años, es una “movilización Guadiana”, en la que los períodos de presencia intensa en la calle se alternan con los períodos de práctica desaparición.
Los comités de empresa carecen de estrategia. Por supuesto, su localismo provoca que carezcan de una estrategia conjunta. Pero es que tampoco hay estrategias de ámbito local. Simplemente convocan movilizaciones cuando la situación (sean los acontecimientos o el ambiente entre los trabajadores) les aprieta. Por ejemplo, el mes pasado estuvieron desaparecidos; el presidente del comité de Puerto Real alegó “motivos de agenda” (Diario de Cádiz, 31/01/2014).
Luchar es mucho más que movilizarse. Lo fundamental a la hora de preparar las movilizaciones es partir de un análisis de la situación general, análisis que, en este contexto de grave crisis económica, debe tener en cuenta primordialmente los factores sociopolíticos, para comprender cuál es la manera de ir minando al PP hasta derrotarlo.
El PP está débil y sufre una crisis incipiente, como demuestran sus tensiones internas y la pequeña escisión que acaba de sufrir. Hay que redoblar la presión contra él. Los trabajadores de Navantia debemos convertir este conflicto en un símbolo en todo el Estado español de la lucha contra los recortes y la pérdida de derechos de los trabajadores, contribuyendo a crear un clima de rebelión social contra las políticas del PP y a unificar y extender las luchas. Evidentemente, esto debe empezar por un calendario de movilizaciones unificado para toda Navantia, pero unificado de verdad, no de boquilla, que es lo que está pasando hasta ahora.
En este sentido, se debería organizar una marcha a Madrid en sábado de toda Navantia. Y no sólo de la plantilla, sino de las familias, los jubilados, de toda la clase obrera de las comarcas que dependen de Navantia (la ría de Ferrol, la bahía de Cádiz y Cartagena). Por una parte, permitiría realizar una asamblea general conjunta de los trabajadores de todas las factorías. Y por otra, el celebrarse en sábado facilitaría la participación de trabajadores y estudiantes madrileños, como acaba de ocurrir con el “tren de la libertad” contra el reaccionario anteproyecto de ley del aborto, que se convirtió en una masiva manifestación de decenas de miles de personas que superó todas las previsiones. ¡Todos unidos contra los recortes del PP!

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