El doble rasero de la justicia es evidente: a ningún empresario se le condena por  “participar” en los piquetes patronales que utilizan en todas las huelgas generales, coaccionando y amenazando a sus trabajadores. Tampoco, como señalan los sindicatos, “durante la instrucción se ha investigado la actuación policial”. No olvidemos que, en la madrugada del 29 de septiembre, en las puertas de Airbus (Getafe) la policía inició una carga brutal en la que se utilizó fuego real. Y, por supuesto, “se han rechazado testimonios y pruebas exculpatorios”

“No son 8, somos miles”

El 14 marzo más de 3.000 personas de casi cien organizaciones, entre ellas CCOO y UGT, los trabajadores afectados por el ERE de Coca-Cola, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, y vecinos de Getafe, se manifestaron en apoyo a “los 8 de Airbus” al grito de “la huelga no es delito” y “No son 8, somos miles”. También, en las plantas de Puerto Real y Sevilla se convocaron paros y manifestaciones de solidaridad. El comité intercentros está convocando una concentración mensual, como las llevadas a cabo hasta ahora, con los días 29 de cada mes, con el lema “Por la verdad y la justicia, no a la represión”.
Estamos ante un caso flagrante y escandaloso de persecución sindical, un verdadero juicio político contra el derecho a huelga, en las mejores tradiciones del franquismo. Un ejemplo claro de la involución brutal a la que nos quieren someter, no sólo laminando nuestros derechos sociales y laborales, sino también recortando los más mínimos derechos democráticos, para que ni siquiera tengamos el derecho de protestar. Lo estamos viendo cada vez más a menudo con la represión y criminalización de todas las protestas obreras y juveniles contra las políticas capitalistas. El último ejemplo lo tuvimos en la multitudinaria Marcha de la Dignidad del 22-M.
Desde estas páginas exigimos al gobierno la retirada inmediata de los cargos contra estos 8 trabajadores —realizada incluso por la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional en carta a la ministra de Trabajo—, transmitimos todo nuestro apoyo a estos compañeros y nos sumamos al grito de “No son 8, somos miles”.
¡Basta de represión contra los que luchamos!

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