· Las clases trabajadoras en la historia de Irlanda

 

La publicación por parte de la Fundación Federico Engels del libro en euskera Klase zapalduak Irlandaren historian (Las clases trabajadoras en la historia de Irlanda) de James Connolly (Edimburgo, 1868 - Dublín, 1916) representa una importante contribución al conocimiento de la historia de la lucha por la liberación nacional y social de Irlanda.
El marxista irlandés James Connolly es la figura más importante de la historia de la izquierda irlandesa y fue, entre otras cosas, secretario general de la Federación Socialista Escocesa, secretario general del Sindicato de Trabajadores General y del Transporte de Irlanda (ITGWU), creador del Partido Laborista irlandés y uno de los fundadores del Ejército Ciudadano Irlandés. Su muerte a manos del ejército británico tras el levantamiento de Pascua de 1916 le convirtió en un mártir de la clase obrera irlandesa, pero también en la personificación de la denuncia contra la impostura de la burguesía irlandesa y su constante capitulación.
En toda su trayectoria militante, Conno-lly ligó el combate por la libertad nacional de Irlanda a la lucha de los trabajadores por el socialismo. Según él, “la causa obrera es la causa de Irlanda, y la causa de Irlanda es la causa obrera. No se pueden separar”. En este sentido, y reafirmando la esencia de esta idea, el autor presenta al lector en el prólogo “las dos proposiciones que tiene el libro como base”. Según la primera proposición, Connolly plantea que el desarrollo de la lucha por la liberación nacional de cualquier nación tiene que ir, inevitablemente, unida al desarrollo de la lucha por la liberación de la clase oprimida de esa nación. En la segunda proposición, Connolly explica que el resultado de la larga y extensa lucha de Irlanda por su libertad se ha saldado con la constante claudicación de sus supuestos dirigentes y de los sucesores de éstos. Según Connolly, la clase media que surgió durante la lucha nacional como dirección revolucionaria, tal como ocurrió en el 1798, pasó a arrodillarse ante el capitalismo y el imperialismo británico y a atarse a él a través de miles de lazos, económicos, políticos y personales. Este proceso llevó a la nueva clase de propietarios medios irlandeses a romper cualquier vínculo sentimental o histórico con el patriotismo irlandés. Tal como explica el autor al final de la segunda proposición, “es la clase obrera irlandesa la única que se mantiene incorruptible en la lucha por la liberación nacional de Irlanda”.
Por lo tanto, con el objetivo no sólo de recuperar la verdadera memoria histórica de la lucha por la libertad de Irlanda sino también por la vigencia de sus ideas en el momento actual, James Connolly pone en evidencia las mitificaciones de la historia escrita por la burguesía y la pequeña burguesía irlandesa. Connolly luchó por conseguir la unidad de los trabajadores católicos y protestantes. Comprendía perfectamente que era imprescindible unir a todos los trabajadores para enfrentarse al enemigo común: la burguesía inglesa y, por supuesto, también la burguesía irlandesa que actuaba como su brazo ejecutor. Una unidad que necesitaba del programa de la revolución socialista, tal como Connolly defendió, para romper definitivamente con el sistema capitalista y establecer la república obrera y socialista de Irlanda, el único régimen que podría garantizar las libertades democrático nacionales del país.
Pensamos que el mensaje revolucionario, socialista e internacionalista de este libro es muy útil para orientarse en los acontecimientos que hoy se desarrollan en Irlanda, Euskal Herria, Catalunya o Galiza y muy necesario para todos los trabajadores y jóvenes, sean de una nación oprimida u opresora.


 

Socialisme i Nacionalisme (selección de escritos)

En el libro que publica la Fundación Federico Engels en catalán se encuentra el programa del Partido Republicano Socialista Irlandés y otros textos elaborados en los primeros momentos tras la fundación del partido, como El Jubileo de Diamantes de la Reina Victoria (1897), un llamamiento vibrante a la clase obrera irlandesa a levantarse contra los terratenientes y la burguesía de la isla, que se sirven de la corona británica para su opresión de clase. Los artículos de esta época atestiguan que Connolly, además de un revolucionario marxista era un excelente agitador y propagandista
En 1905 figura entre los fundadores del sindicato Industrial Workers of the World (IWW) en los Estados Unidos, defendiendo un sindicalismo revolucionario. Desde allí sigue con atención la fundación del Sinn Féin (Nosotros Solos), sobre el que trata de influir para que se dote de un programa socialista (Sinn Féin y el socialismo, 1908; Sinn Féin, socialismo y la nación, 1909).
En 1910 vuelve a Irlanda, dedicándose a organizar el Partido Socialista de Irlanda y el sindicato ITGWU. Dirige luchas obreras particularmente duras. A finales de 1913 se incorpora a la milicia obrera Ejército Ciudadano Irlandés en Belfast, para combatir a las bandas de matones que los empresarios habían creado con el objetivo de dividir y enfrentar a la clase obrera en líneas religiosas y sectarias. Se trata de una auténtica milicia obrera. Por primera vez en Irlanda los trabajadores creaban una organización armada para defenderse de los capitalistas. En el libro hay tres artículos que Connolly dedicó a la cuestión del Ulster, siempre con el objetivo de mantener unido al movimiento obrero y dar continuidad a la lucha.
Estalla la guerra imperialista y se puede apreciar en los artículos de Connolly su posición internacionalista, su oposición radical a la traición de los dirigentes reformistas de la socialdemocracia, como queda reflejado en su artículo Una revolución continental (1914).
Es con las fuerzas del Ejército Ciudadano Irlandés que, en abril de 1916, dirige la insurrección de Pascua contra el imperialismo británico que tenía que encender la mecha de la revolución obrera en toda Europa. En el artículo ¿Qué es una nación libre? (febrero de 1916), Connolly denuncia a los partidos políticos de la burguesía y la pequeña burguesía irlandesa, que confunden a la clase obrera haciéndole creer que Irlanda ya es una nación libre o que puede llegar a serlo bajo el imperio británico.
Noventa años después de ser reconocida la independencia de Irlanda (de tres de las cuatro provincias históricas), las ideas de Connolly siguen estando totalmente vigentes. El pasado 18 de noviembre Irish Times reveló que el próximo presupuesto irlandés que se debatirá el 6 de diciembre había pasado por el comité de finanzas del Bundestag (Parlamento alemán). Es decir, que los diputados alemanes tenían acceso a las propuestas presupuestarias ¡antes que los irlandeses! Con qué fuerza resuenan ahora las palabras de Connolly, cuando advertía: “Si vencéis al ejército inglés mañana y levantáis la bandera verde sobre el castillo de Dublín, a no ser que comencéis a organizar la república socialista, vuestros esfuerzos serán en balde. Inglaterra aún os gobernaría a través de sus capitalistas, a través de sus terratenientes, a través de sus financieros, a través de toda la red de instituciones individualistas y mercantilistas que ha plantado en este país y regado con las lágrimas de nuestras madres y la sangre de nuestros mártires”. No puede haber liberación nacional sin revolución social.

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