Por el derecho a un techo digno ¡Basta de abusos y estafas!

El pasado 9 de mayo en Barcelona, personas arrendatarias víctimas de abusos por parte de los grandes propietarios y entidades bancarias, con el apoyo de organizaciones sociales, han creado el Sindicato de Inquilinos. Esta asociación, en fase de desarrollo y búsqueda de financiación a través del crowdfunding, defenderá a este colectivo, especialmente en lo que respecta a los precios, cada vez más elevados.

Abusos contra los más humildes

La especulación en este sector es cada vez más intensa. Los capitales, al estallar la burbuja inmobiliaria, buscaron un nuevo nido donde seguir obteniendo su tasa de beneficio, sin producir nada de provecho. El mercado de pisos de alquiler es un nicho muy apetecible para las grandes fortunas, ya que al ser una necesidad básica pueden aumentar los precios, ahogando a las familias más humildes de forma inmisericorde. La situación ha llegado al punto de que, según el propio sindicato, mientras “el precio medio de los pisos supera los 800 euros, una de cada tres personas tiene un sueldo inferior a 843 euros”, con un incremento del 9% en el último año. Además, en Barcelona la vivienda en régimen de alquiler (un 30%) es mucho más cara proporcionalmente que en el resto de Catalunya y del Estado.

La prensa burguesa sólo da voz a arrendadores que se quejan de impagos, de cómo los inquilinos les han destrozado el piso... pero de forma consciente ocultan la amarga realidad: precios cada vez más inalcanzables unido a la demanda de fianzas de tres mensualidades, más el pago de la cantidad “pactada” por el mes en curso (cuando la Ley de Arrendamientos Urbanos sólo exige hasta un mes de fianza), los casos de arrendamiento de una sola habitación a familias enteras para que vivan hacinados (“pisos patera”), o el desahucio por impagos leves, enviando a los Mossos a expulsar a los inquilinos como si fueran delincuentes...

Esto no debe sorprendernos: el capitalismo busca, por encima de todo y todos, la obtención del máximo beneficio. Los bancos se han quedado con una enorme cantidad de inmuebles por hipotecas no pagadas, lo que hace que tengan en su haber mucho patrimonio, en números, pero sin liquidez: es decir, si alguien quiere sacar dinero de un cajero no le pueden pagar con un ladrillo. Por lo tanto, los pisos deben convertirse en dinero, y si no se pueden vender, se alquilan. Como la vivienda es una necesidad básica los bancos se aprovechan para exigir precios cada vez más elevados, que habrá que pagar si no te quieres ver en la calle. Imaginemos si otras necesidades esenciales, como la sanidad y educación, estuvieran en manos privadas: serían también objeto de especulación por parte de cuatro capitalistas, que abusan de su posición dominante para exigir cantidades desproporcionadas a las familias trabajadoras.

¡Ninguna persona sin techo!

Desde Izquierda Revolucionaria saludamos y apoyamos iniciativas como la fundación del Sindicato de Inquilinos, ya que la unión hace la fuerza. Defendemos que la lucha por los derechos de los inquilinos debe ir ligada a las protestas de los trabajadores, a las movilizaciones por la enseñanza y la sanidad públicas y de calidad, a la demandas contra la represión de los derechos democráticos y nacionales de Catalunya... De hecho, los intentos del Ayuntamiento de Ada Colau por evitar la especulación están encontrando serias dificultades para ponerse en práctica. Y es que, poco puede hacer la Administración sin un número suficiente de pisos en régimen de alquiler social con que cubrir las necesidades sociales existentes. Estos pisos de los que no dispone el ayuntamiento, existen a millares, pero los poseen los bancos, que prefieren tenerlos vacíos a pedir un alquiler razonable. Éste es un ejemplo concreto de que las pequeñas reformas, por me­jores intenciones que se tengan, se vuelven impotentes si no se vinculan a la lucha por acabar de raíz con un sistema en el que la búsqueda del beneficio hace imposible que se cubran las necesidades sociales de la inmensa mayoría. Es necesario expropiar todos esos pisos vacíos que los bancos han logrado gracias a las estafas, a los desahucios y al sufrimiento injustificable que han provocado. Es una demanda legítima y justa, por mucho que bancos, gobiernos y jueces se esfuercen cada día en justificar la barbarie “por vía legal”.

Esta medida —junto con la penalización a las viviendas vacías de los grandes propietarios y bancos, la creación de un parque público de viviendas con alquileres sociales, además de un programa de ayudas a todos aquellos que las necesiten para acceder a una vivienda— no puede separarse de la lucha contra un gobierno que legisla y actúa contra los intereses de la mayoría. No sólo para tumbar el gobierno del PP sino también al gobierno catalán, que no ha efectuado ninguna medida en favor de los trabajadores ni de los inquilinos. La CUP, que defiende a este colectivo en su programa, debe dejar de apoyar a los convergentes, que sólo defienden los intereses de banqueros y millonarios.

Más información en: sindicatdellogateres.org y ca.goteo.org/project/sindicat-de-llogaters-i-llogateres

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas