El pasado 19 de abril los estudiantes de Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos de la Comunidad de Madrid estábamos convocados a la huelga y alrededor de tres mil acudimos a la manifestación, que se iniciaba a las doce de la mañana en la Plaza de Colón, para protestar contra el decreto de "convivencia" que quiere imponernos Esperanza Aguirre. Como planteamos durante la convocatoria, y en la propia manifestación, este nuevo decreto va a suponer un paso más en la instauración de una auténtica dictadura dentro de los centros de estudio. Por esto mismo es por lo que nada más conocer el contenido del decreto solicitamos una reunión urgente a la Consejería, pero el Partido Popular está muy ocupado privatizando y deteriorando servicios públicos como para escuchar a los estudiantes, por lo que ni se dignaron a contestar nuestra solicitud.
Lo que hace el nuevo decreto de "convivencia" es utilizar la expulsión como solución a todos los problemas del instituto. De esta forma cualquiera podrá ser expulsado hasta un mes entero de manera "preventiva", sin que se respete el derecho a defensa del estudiante y sin que el Consejo Escolar deba, tan siquiera, ser oído. Con el borrador que plantea el PP la mayoría de casos que ahora se consideran falta leve pasan a grave y las graves a muy graves. Este aumento arbitrario de las sanciones no se queda ahí. En las faltas muy graves también aumenta el período máximo de expulsión, pasando de 3 a 6 días.

Represión ante la movilización

Ante un ataque de estas características la respuesta que debíamos dar era contundente, y con ese objetivo comenzamos a preparar la convocatoria. Uno de los primeros escollos que encontramos fueron las enormes dificultades que tuvimos con algunas juntas directivas para poder informar a nuestros compañeros. El ejemplo más sangrantes de represión contra nuestro derecho a informar lo sufrimos en la ciudad de Alcorcón, donde varias direcciones se negaron a permitir la celebración de asambleas durante el recreo y donde la presencia policial el mismo día de la huelga en algunas puertas de instituto era evidente.
Casos como este se dieron en más zonas y sobre todo se produjeron el día de la huelga, momento en el que muchos directores dieron la orden de cerrar las puertas e impedir que la gente pudiese acudir a la manifestación. Ha habido otras formas de reprimir, como poner exámenes repentinamente para el día 19 o realizar excursiones obligatorias ese día.
Aun así, el ambiente en los institutos era muy combativo, y el día 19 por la mañana pudimos ver a varios centenares de jóvenes esperando desde una hora antes del inicio de la manifestación en los alrededores de donde saldría, en un ambiente de gran euforia.
Uno de los aspectos más positivos de esta convocatoria fue que contamos con el apoyo del resto de la Comunidad Educativa. Los sindicatos de clase del profesorado y la FAPA Giner de los Ríos, apoyaban la huelga y ésta última estuvo también presenta en la manifestación con su pancarta y una representación de su colectivo. Además, los compañeros de las Juventudes Comunistas y de las Juventudes Socialistas de Madrid se sumaron también a la convocatoria y la manifestación se abría con una pancarta conjunta con el lema "En defensa de los derechos de los estudiantes".

La lucha contra el Decreto continúa

Ahora vamos a continuar presionando a la Consejería de Educación para que retire el nuevo borrador de "convivencia". Hemos vuelto a solicitar una reunión con la consejería y seguimos sin respuesta.
Desde el Sindicato de Estudiantes vamos a lanzar una campaña de recogida de firmas instituto a instituto para, una vez más, demostrar a la derecha que los jóvenes no nos vamos a dejar mangonear, que sabemos perfectamente en qué consiste su borrador por la "convivencia" y que no vamos a parar hasta que acabemos con él.
Para conseguirlo es fundamental que los sindicatos de profesores y las asociaciones de padres den un paso más. No sólo apoyando nuestras movilizaciones, sino convocando decididamente a profesores y padres. Si lanzaran una huelga general en defensa de la educación pública y por una mayor inversión, si convocasen asambleas en los institutos, hicieran repartos en los mercados, pegasen carteles llamando a la movilización en nuestros barrios, etc. seguro que tendrían un seguimiento masivo por parte del profesorado y evidentemente estaríamos en mejores condiciones de echar este decreto atrás y dar un golpe al negocio de la enseñanza privada en Madrid.
Sabemos que medidas como el decreto planteado lo único que van a lograr es deteriorar gravemente la vida interna de los institutos. Lo que hace falta para acabar con los problemas de la educación pública es una mayor inversión en nuestros centros de estudio, facilitar la tarea docente de nuestros profesores bajando el número de alumnos por aula, invertir en el mantenimiento de las infraestructuras, etc. Esta es la única solución viable y realista.

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