La dirigente estudiantil defendió que el camino para derrotar a la derecha es “levantar un gran Frente de Izquierdas que integre a Izquierda Unida, a Podemos y al resto de las formaciones y colectivos de la izquierda y de los movimientos sociales”. El Sindicato de Estudiantes llevará esta propuesta a estas formaciones y a los movimientos sociales “que están dando batalla en las calles” como “la Marea Verde, la Marea Blanca, la PAH o a aquellas que organizaron las Marchas de la Dignidad”. Ana remarcó que el éxito obtenido por las formaciones a la izquierda de la socialdemocracia “está precedido de las grandes movilizaciones protagonizada por los trabajadores y los jóvenes en los últimos años”.
La secretaria general del Sindicato de Estudiantes planteó que el Frente de Izquierdas debería corresponder, en los ayuntamientos, en las comunidades y en el parlamento, a la lucha que los movimientos sociales han desarrollado en los últimos años contra los recortes en sanidad y educación o por el derecho a una vivienda digna. “Es una oportunidad histórica para dar marcha atrás a las políticas que favorecen a los ricos y a los banqueros, para aplicar políticas que beneficien a la mayoría social”, señaló Ana García. Apuntó que una futura victoria de la izquierda en el Estado español es posible, como lo ha sido la de Syriza en Grecia en las pasadas elecciones municipales y europeas.
La unidad de la izquierda que lucha debe servir “para representar a la mayoría explotada y defender un programa en su beneficio” y no para “disolvernos en los mecanismos de esas instituciones completamente alejadas de nuestros intereses”.
El Frente de Izquierdas no significa, explicó la dirigente estudiantil, que las formaciones que lo integren deban renunciar a sus siglas, sus planteamientos políticos o a su organización, pero tiene que defender un programa común con puntos muy claros que incluyan “el fin a los desahucios, el derecho a la vivienda expropiando los millones de casas que los bancos han robado y poniéndolas en alquiler social; la derogación de la LOMCE y la garantía de una educación pública, gratuita, de calidad, democrática y laica desde la escuela infantil hasta la universidad; una sanidad pública de calidad y gratuita para todos, sin excluir a nadie; derogar las reformas laborales que se han aprobado, la reducción jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial, garantizar un subsidio indefinido para los desempleados y la reducción de la edad de jubilación a los 60 años”. Para que la economía esté al servicio de la mayoría y no de una ínfima minoría de parásitos, “es necesario nacionalizar de la banca bajo control de los trabajadores”.
El Sindicato de Estudiantes plantea la necesidad de echar atrás todas las medidas represivas emprendidas por la derecha y, respecto a la cuestión de la monarquía, en un comunicado emitido tras la abdicación del rey defiende la celebración de un referéndum para abolirla, así como la III República para poner fin al capitalismo.

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