¡A la huelga general para tumbar al Gobierno y a la monarquía!
Desde el pasado 27 de septiembre, las principales ciudades de Marruecos viven una auténtica rebelión. Con la juventud obrera y estudiantil a la cabeza, decenas de miles han tomado las calles de los principales centros económicos del país: Rabat, Casablanca, Marrakech o Tánger, convertidos en el escenario de una movilización permanente.
Este formidable movimiento, que exige inversión en sanidad y educación y menos despilfarro en estadios para el mundial de fútbol en 2030, ha sido respondido con una feroz represión que ya se ha cobrado la vida de tres personas y deja centenares de heridos y de detenidos[1].
Las protestas estallaron tras la muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital de la ciudad sureña de Agadir. Estas muertes no fueron meros accidentes, sino fruto del suministro de anestesias en mal estado. Un crimen atroz que ejemplifica la situación de colapso que vive el sistema sanitario del país y que ha despertado la rabia de miles de jóvenes, que salieron a las calles para exigir servicios públicos de calidad, el fin de la corrupción, y la dimisión del Gobierno de Aziz Ajanuch, primer ministro, alcalde de Agadir, magnate del petróleo y el hombre más rico del país sin contar a su colega Mohamed VI.
Ni las balas, ni las detenciones o las ilegalizaciones les han frenado, solo han servido para despertar la solidaridad del conjunto de la clase obrera. Y por eso ahora, después de más de diez días de protestas que no cesan, parece que la estrategia del régimen pasa por intentar controlar el estallido con vagas promesas de reformas y abrir “un diálogo con los jóvenes”, al tiempo que intentan asfixiar la lucha redirigiéndola hacia las instituciones. Pero esta estrategia también está fracasando: la conciencia de miles avanza rápidamente y no deja de radicalizarse.
More than 100 young Moroccans have reportedly been arrested following clashes with the police at some of the largest anti-government protests the country has seen for years.
— Channel 4 News (@Channel4News) September 29, 2025
Over the weekend, hundreds of young people took to the streets in cities across Morocco, accusing the… pic.twitter.com/PH26MJ3IVY
La juventud obrera y estudiantil a la cabeza de la lucha
Completamente al margen de los partidos y sindicatos tradicionales, miles de jóvenes comenzaron a organizarse a través de redes sociales y plataformas digitales para tomar las calles. Los llamamientos oficiales se están haciendo a través del grupo GENZ212 (referencias a la Generación Z, nacidos entre la década de los 90 y del 2010, y el prefijo telefónico del país), que funciona sobre todo digitalmente. Aunque su dirección sostiene un discurso conciliador y moderado, propio de las capas medias universitarias, actualmente agrupa a más de 180.000 usuarios.
Que los jóvenes estén jugando este papel protagonista no es casual. Es el eslabón más numeroso y golpeado de la clase trabajadora marroquí. Cerca de 9 millones de marroquíes tienen entre 15 y 29 años, pero la tasa de desempleo juvenil es del 35,8%, casi el triple que la media nacional. Si acceder a un trabajo digno es una utopía para miles, estudiar no es una posibilidad mucho más cercana. Una cuarta parte de los menores de 30 años están excluidos del mercado laboral y del sistema educativo[2]. El capitalismo les niega una vida digna, dejando como única alternativa el exilio.
Esta situación de opresión insoportable explica su participación en primera línea, con una fuerza y una rabia desbordantes que han conectado de lleno con el resto de oprimidos del país. Además, estas protestas se están fusionando con las masivas movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino y que denuncian la complicidad criminal de Mohamed VI aliado del genocida sionista Netanyahu. Todo ello eleva la presión y ha puesto en un serio aprieto a la burguesía y a la monarquía alahuita.
Aunque la situación de los jóvenes es especialmente sangrante, la del resto no es muy distinta. Las diferencias sociales en el país son abismales. Mientras al 53% de los hogares en zonas rurales no llega el agua corriente[3], empresarios, políticos y burócratas viven a cuerpo de rey a costa del erario público.
La construcción del estadio de fútbol Hassan II es un ejemplo paradigmático de este régimen opresivo y corrupto. Con capacidad para 115.000 espectadores, ha sido presupuestado en unos 5.000 millones de euros, la mitad correrá a cargo del Estado. El proyecto se inscribe en un plan que incluye construir la primera línea de tren de alta velocidad de África, una red de autopistas en el entorno del nuevo Estadio, y la ampliación de los aeropuertos internacionales.
A nadie se le escapa que estas obras faraónicas engordarán los bolsillos de los grandes empresarios, del monarca y de los jerifaltes del régimen En paralelo, las zonas destruidas por el terremoto de 2023 siguen en un estado lamentable, sin que apenas se hayan realizado labores de reconstrucción[4] aunque son un nuevo filón para las corruptelas[5].
Precisamente es este abismo que separa a ricos y pobres el que se está desafiando en esta lucha, y la clase dominante lo sabe. Por eso han reaccionado con una violencia salvaje. Solo el primer día de protestas ya se practicaron más de 200 detenciones, y la cifra no ha dejado de crecer.
Las imágenes de la brutalidad con la que están actuando los anidisturbios y la gendarmería son sobrecogedoras. Jóvenes apalizados, detenciones indiscriminadas o uso de equipamiento militar como si de una guerra se tratase. Pero lejos de neutralizar la movilización, la represión solo ha servido para despertar la simpatía de miles de trabajadores que se han unido a ellos.
🇲🇦 A heavy security presence on Monday evening thwarted youth-led protests for a third straight day across several #Morocco cities.
— FRANCE 24 English (@France24_en) September 30, 2025
🏥📚 Demonstrators have been calling for improvements to the public health and education systems. pic.twitter.com/eUcfrQfXUk
¡Ninguna confianza en el régimen criminal de Mohamed VI!
Una parte del movimieno ha pasado a la ofensiva, ejerciendo su legítimo derecho a la autodefensa. El odio a la policía se ha saldado con vehículos policiales y comisarías asaltadas e incendiadas, y con tres manifestantes asesinados por las fuerzas represivas del Estado.
Que las masas pasen a la acción para tratar de poner fin a su miseria y a la opresión, jugándose su integridad física e incluso su vida, es uno de los síntomas más claros de que hay condiciones para que las movilizaciones se convierten en una auténtica revolución.
El carácter de las protesas tiene un claro contenido de clase y anticapitalista, y esto lo están viendo todos los actores implicados. Por eso el discurso oficial de los líderes de GENZ212 intenta que la crisis política no derive en algo mucho más gordo e incontrolado. La carta que han enviado a Mohamed VI[6], donde se apela a la buena voluntad de este corrupto criminal, pidiéndole que “renueve el pacto de confianza entre el Trono y el pueblo” para “reconstruir la confianza entre el pueblo y el Estado”, supone ir en contra de todo lo que se está exigendo en las calles.
Mohamed VI es uno de los mayores capitalistas del país, con una fortuna de miles de millones de euros en paraísos fiscales, un lacayo del imperialismo estadounidense y del sionismo, un represor consumado, como su padre, que mantiene a cientos de presos políticos en condiciones inhumanas. Es un sátrapa y un dictador en los hechos. Por eso es un error proponer a este personaje, que encarna a un sistema infame, que sea quien busque una solución. Él y sus acólitos son el problema, ¡tiene que caer igual que el resto de capitalistas corruptos!
En su carta, los dirigentes de GENZ212 piden “la formación de un nuevo Gobierno encabezado por una figura nacional íntegra, capaz de proteger la soberanía del Estado, la oposición política legítima y garantizar la justicia social”. Un planteamiento así es otro error de fondo como la experiencia de la lucha de clases en Marruecos demuestra sobradamente. Confiar en que se puede encontrar una solución a las aspiraciones de justicia social de millones, de empleo digno, de sanidad y educación públicas y de calidad, en el marco del capitalismo marroquí, es volver a la casilla de salida.
Estas exhortaciones solo sirven para abrir la puerta a un cambio de fachada de un régimen putrefacto, un lavado de imagen para que todo siga igual y se desactive la lucha de masas.
Pero es importante señalar que a pesar de estos errores, que dan margen al régimen dictatorial marroquí para maniobrar y tratar de aplacar la ira popular, las reivindicaciones de GENZ212 exigiendo la caída del Gobierno, el juicio y castigo a todos los corruptos, servicios públicos y de calidad o empleo digno han sido un canal formidable para el levantamiento, poniendo sobre la mesa la incapacidad de los partidos del régimen y de la izquierda reformista asimilada.
🔴‼️ #URGENTE | La Gendarmería Real de Marruecos abre fuego contra los manifestantes e hiere a cuatro jóvenes en Agadir, según denuncia los organizadores de las protestas. #GENZ212 pic.twitter.com/x1Nn68kdEs
— ECSaharaui (@ECSaharaui__) October 1, 2025
La cuestión está en que conseguir esas demandas es del todo incompatible con el orden capitalista y autoritario que representa Mohamed VI. Antes o después tendrá que resolverse esa tensión social: o la juventud obrera se impone arrastrando a todos los oprimidos, y lo hace impulsado la huelga general, las ocupaciones de empresas, las movilizaciones de masas, o la agenda de la burguesía y la monarquía podrá imponerse.
Nada de confianza en las insituciones capitalistas. El proceso de cambio lo tiene que dirigir la juventud y los trabajadores marroquíes. Elecciones amañadas por una maquinaria corrupta, o procesos judiciales manejados por magistrados igual de corruptos no llevarán a ningún lado.
Para hacer avanzar este impresionante movimiento es necesario ir a por todas, hacia la huelga general que paralice el país, abogar por la autofensa popular para acabar con la represión. Para que las reivindicaciones de sanidad y educación públicas para todos, empleo digno y justicia social se hagan realidad hay que levantar un programa socialista que rompa con el capitalismo: hay que expropiar a la monarquía y a las grandes empresas que controlan la economía y nacionalizar los sectores clave, bajo el control democrático de los trabajadores y la población.
Todo el apoyo al movimiento de la juventud obrera y estudiantil marroquí. Su lucha es nuestra lucha. ¡A vencer!
Notas:
[1]"No queremos el Mundial, la salud es prioritaria": las protestas de los jóvenes en Marruecos que ya dejan 3 muertos y más de 350 heridos
[2] Los jóvenes de Marruecos vuelven a salir a las calles: “¿Cómo el país osa organizar el Mundial cuando su población vive en la pobreza y la exclusión?”
[3] "No queremos Mundial, queremos sanidad": miles protestan en Marruecos en una rara muestra de enfado público
[4]El terremoto en Marruecos aflora la podredumbre del régimen. ¡Abajo la dictadura de Mohamed VI!
[5]"Ya no tenemos miedo”: Generación Z de Marruecos promete resistir hasta ver cumplidas sus demandas