El 13 de septiembre una manifestación fascista con más de 110.000 personas, según la policía, recorría las calles de Londres. Esta movilización promovida por el ultraderechista Tommy Robinson agrupó a la extrema derecha londinense y británica con un discurso antiinmigración, racista e islamófobo bajo el lema Unite the Kingdom. La hostilidad y el odio contra la población árabe se completaban con evidentes muestras de apoyo al genocidio contra el pueblo palestino, con centenares de banderas sionistas en la cabecera.

El fascismo, una amenaza muy real

Esta acción de masas es una muestra muy clara de que el fascismo es un peligro real. Explotando cínica y demagógicamente los efectos de la crisis (el paro, el déficit de vivienda pública a precios asequibles, los recortes sociales…) y la ausencia de respuesta de la izquierda reformista o, como en el caso de Reino Unido, la agenda de ataques del Gobierno laborista de Starmer, la ultraderecha está consiguiendo movilizar a sectores significativos de las capas medias e incluso a capas golpeadas por la crisis y lumpenizadas de trabajadores.

Librería"
El 13 de septiembre se produjo una masiva manifestación promovida por el ultraderechista Tommy Robinson agrupó a la extrema derecha británica con un discurso antiinmigración, racista e islamófobo, bajo el lema Unite the Kingdom. 

Los parecidos con el ascenso de la ultraderecha de los años 30 se vuelven más acuciantes. Lo del 13 de septiembre en Londres fue el culmen de un verano que, al igual que el anterior, estuvo marcado por acciones intimidatorias y amenazantes en las puertas de hoteles en los que se aloja a solicitantes de asilo. Aquí se congregó a la ultraderecha más callejera, los matones y fieles seguidores de la internacional reaccionaria de Trump, Milei o Tommy Robinson y Nigel Farage de Reform UK.

Vivimos un momento internacional en el que la polarización alcanza puntos no vistos desde hace años. Episodios como el de esta manifestación, las cacerías racistas de Torre Pacheco que se siguen reproduciendo en otras zonas del Estado español, como la localidad de Turís en Valencia, y un discurso supremacista y xenófobo que envalentona a estos sectores reaccionarios de la población, son una cara de la situación. La otra es la que muestran las manifestaciones de masas en apoyo al pueblo palestino, que en el Reino Unido han movilizado a centenares de miles, la respuesta que dieron en 2024 decenas de miles de jóvenes y trabajadores, migrantes y nativos, expulsando a las bandas fascistas o la inscripción de centenares de miles de personas en el nuevo partido de izquierdas Your Party, creado recientemente.

Quién es Tommy Robinson y a quién representa

Tommy Robinson, que no es ni siquiera su nombre real sino un alias que empezó a utilizar para llevar a cabo sus actuaciones más violentas sin consecuencias legales, se llama en realidad Stephen Yaxley Lennon. Fue el fundador y líder de la organización fascista English Defence League de 2009 a 2013. Este grupo es conocido por sus disturbios violentos, ataques a mezquitas y retórica islamófoba. Robinson cuenta con varias entradas en prisión y desde hace más de una década es la figura más influyente de la ultraderecha de corte fascista en el Reino Unido. Acumula cargos por agresiones, fraude hipotecario, alteración del orden público y desacato a la justicia. Para sus seguidores se presenta como un mártir de la libertad de expresión, como también ha hecho la ultraderecha estadounidense con Trump tras el Asalto al Capitolio o con el reciente atentado contra Charlie Kirk.

La manifestación de Londres se basó, al igual que la agenda de la ultraderecha internacional, en tres ejes: antiinmigración, especialmente contra la población árabe; libertad, que tanto defienden elementos como Ayuso, Musk o Trump (su libertad de explotarnos y actuar con impunidad) y, por último, el orgullo chovinista e imperialista que rememora tiempos pasados haciendo uso de símbolos ultrarreaccionarios como la bandera de San Jorge.

Un discurso xenófobo y supremacista que cala entre amplias capas de la pequeña burguesía y sectores más empobrecidos y lumpenizados de la clase obrera, que han visto cómo los Gobiernos de los tories y laboristas por igual han llevado al país a una perspectiva de crecimiento económico anémica. Así lo recoge The Times en una entrevista al jefe de la cadena Retail Next, que ingresó 5.491 millones de libras en el 2024[1] pero hablaba cínicamente de las dificultades para contratar por la excesiva legislación, en un intento de exigir esa libertad de explotar aún más a la clase obrera que tanto ansían.

Librería"
Tommy Robinson (su nombre real es desde hace más de una década la figura más influyente de la ultraderecha de corte fascista en el Reino Unido y acumula cargos por agresiones, fraude hipotecario, alteración del orden público y desacato a la justicia. 

La clase trabajadora británica vive asfixiada

Un estudio revela que los ingresos medios de las familias británicas en edad laboral han crecido tan solo un 7% en los últimos 20 años en comparación al 35% de incremento entre 1995 y 2005.[2] Entre el 24 y 26% de la población se sitúa en la pobreza relativa y en la entrevista citada se señala que mientras Retail Next ha bajado la publicación de ofertas de empleo un 35%, las demandas crecen un 75%.

La precariedad entre la clase obrera británica alcanza cifras récord: 1,6 millones de trabajadores temporales y 8,3 millones a tiempo parcial. De ellos, 1,3 millones tienen al menos 2 empleos.[3] Frente a todo esto las medidas del Gobierno han sido el despido de 10.000 trabajadores públicos,[4] o la retirada del subsidio para calefacción que afecta a 10 millones de personas. Unos 4,5 millones de niños viven en pobreza. A todo este desastre se une la creciente privatización del sistema nacional de salud (NHS).

Estas son las condiciones de la clase obrera inglesa y son también de las que se alimenta el discurso fascista, las de la decadencia del capitalismo británico en las que los tories claro que han sido partícipes, pero los laboristas —con el primer ministro Starmer a la cabeza— han sido los mejores continuadores de esas políticas de la burguesía británica, así como los más abiertos otanistas y sionistas, los que adoptan el discurso antiinmigración más radical y no tienen problema en recibir a Trump con los mayores honores posibles, uniéndose a la imagen vergonzosa de todos los líderes europeos sentados obedientemente para atender las palabras del presidente estadounidense, que junto a Netanyahu son los principales líderes e ídolos de la ultraderecha internacional.

En este contexto, Starmer recibía, junto al rey Carlos III, el pasado 16 de septiembre a Trump con todos los honores, celebrando un banquete de Estado, y entre banderas y gaitas escocesas dejando clara su postración ante el trumpismo con el único objetivo de mendigar algunos acuerdos comerciales multimillonarios,[5] pero eso sí los aranceles del 25% impuestos por Washington a las exportaciones de aluminio y acero británicos se mantienen inmóviles. Una auténtica tomadura de pelo para los millones de personas que en el verano de 2024 votaron por Starmer como única opción en las urnas para evitar la victoria de la derecha. Y una forma de asfaltar el camino a la extrema derecha. Y mientras en las calles miles y miles de personas salían a gritar fuera al “fascista Trump” que “no es bienvenido”.

Librería"
La precariedad entre la clase obrera británica alcanza cifras récord: 1,6 millones de trabajadores temporales y 8,3 millones a tiempo parcial. De ellos, 1,3 millones tienen al menos 2 empleos. En estas condiciones La desaprobación del Gobierno de Starmer es del 60%. 

La desaprobación del Gobierno de Starmer se sitúa en el 60% y las encuestas ponen a Reform UK con más del 30% en intención de voto. Esto se explica por los datos de pobreza, desigualdad y exclusión que antes citamos, las sentencias tránsfobas de la justicia machista y sexista avaladas por el Gobierno, el gasto militar del 3,5% del PIB y las detenciones brutales y represión salvaje contra el movimiento en solidaridad con Palestina, declarando a Palestine Action organización terrorista, como ha hecho Trump con ANTIFA.

Aplastar al fascismo con la lucha en las calles y un programa socialista

En respuesta a la manifestación fascista promovida por Tommy Robinson la plataforma Stand Up to Racism (SUTR) planteó una movilización ese mismo día que agrupó entre 5.000 y 10.000 participantes. Esto no refleja ni de lejos la fuerza real del movimiento antifascista. Como hemos dicho, al ascenso de la ultraderecha es resultado de las políticas reaccionarias del Gobierno laborista de Starmer, que tras actuar en la oposición como dique de contención contra la idea de la huelga general para tumbar a los tories en 2023 y 2024, ha continuado durante el último año las políticas de ataques y recortes, convirtiéndose en el favorito de la banca.

Como en los años 30, el ascenso de la ultraderecha fascista es un fenómeno de masas con un carácter interclasista que se ve alimentado por la crisis del sistema capitalista y la integración total dentro de éste de la socialdemocracia laborista

Por eso es importante la enorme fuerza mostrada en las calles por el movimiento de masas en apoyo a Palestina. O que el anuncio del Your Party de Jeremy Corbyn y Zarah Sultana, haya sido recibido con entusiasmo y en pocas semanas se hayan afiliado más de 800.000 jóvenes y trabajadores. Este partido es visto como una respuesta a la derechización total del laborismo y una alternativa para luchar contra el racismo, los recortes y en apoyo al pueblo palestino. Al mismo tiempo es imprescindible sacar lecciones de los errores de Syriza, Podemos, etc., incluida la experiencia del propio Corbyn tras ser elegido líder del Partido Laborista entre 2015 y 2020. 

Librería"
En Reino Unido, como en el resto del mundo, hay que levantar una izquierda revolucionaria que sirva para articular una respuesta basada en la movilización masiva en las calles, con un programa que plantee expropiar a los grandes capitalistas. 

Una alternativa de izquierdas que responda a los intereses de las masas oprimidas solo es posible rompiendo con cualquier confianza en resolver las cosas mediante las instituciones capitalistas. En Reino Unido, como en el resto del mundo, hay que levantar una izquierda revolucionaria que sirva para articular una respuesta basada en la movilización masiva en las calles, la confianza en la fuerza de la clase trabajadora y la juventud y un programa socialista que plantee expropiar los grandes bancos y grupos empresariales bajo control obrero para hacer frente a las necesidades sociales. Solo así se podrá dar la batalla a la ultraderecha con éxito y acabar con el genocidio en Gaza y toda la miseria y barbarie del sistema capitalista.

 

Notas: 

[1]Next boss: Rachel Reeves policies risk anaemic UK economic growth

[2]Families have suffered from £20,000 of lost living standards growth over the past 20 years

[3]Employment in the UK: June 2025

[4]Rachel Reeves to cut 10,000 civil service jobs in effort to lower government costs

[5]Trump y Starmer sellan histórico acuerdo de cooperación comercial y tecnológica

banneringles

banner

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas