¡Basta ya de dictámenes franquistas contra nuestros derechos!

La jueza titular del Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Castellón ha ordenado retirar de 11 institutos públicos de la ciudad 32 libros de temática feminista y LGTBI. Esta medida cautelar, más propia de la Edad Media que del año 2021, se ha llevado a cabo atendiendo la petición de la asociación ultraderechista Abogados Cristianos.

Esta asociación, que es más que conocida por sus vínculos con Vox y también quien llevó a los tribunales al colectivo del “Coño Insumiso” en Sevilla o a Willy Toledo, ha denunciado los libros “de ideología LGTBI” por vulnerar “varios derechos fundamentales, como el de los padres a decidir la educación de sus hijos, la libertad ideológica y de culto y la obligación de la administración de ser objetiva y neutral”. Para estos reaccionarios, que en la escuela pública se eduque en la tolerancia y la igualdad, en respetar los derechos de todo el mundo independientemente de nuestra orientación o identidad sexual… es un pecado que debe ser prohibido. ¡Y la judicatura les dice que sí, que tienen razón! ¿Qué será lo siguiente? ¿Quemar los títulos que la ultraderecha y las instituciones del régimen del 78 consideran “peligrosos”?

Una vez más, la connivencia entre el aparato del Estado que no fue depurado tras la caída de la dictadura y la extrema derecha es total.

Los libros que se han retirado de los centros forman parte de una iniciativa de la Conselleria de Feminismo y LGTBI, dirigida por Verónica Ruiz de Compromís. Muchos de ellos son novelas sobre el despertar sexual y las relaciones personales LGTBI, otros son libros sobre la historia del Orgullo, en defensa de los derechos trans, crónicas sobre cómo luchar contra la homofobia imperante en la sociedad y otros textos denuncian a la Iglesia Católica y los distintos casos de pederastia dentro de ella. Libros totalmente necesarios no sólo para las personas LGTBI, sino para el conjunto de la juventud.

Si hay algo que se pone encima de la mesa con este caso vergonzoso es que necesitamos de forma urgente que exista educación sexual inclusiva en los centros de estudio. Una asignatura para luchar contra la LGTBIfobia y el machismo, contra la pornografía y la cultura de la violación, que explique que todas las orientaciones e identidades sexuales son válidas, que el ser humano es diverso y que rompa con el modelo heteropatriarcal de las relaciones y la familia.

Evidentemente, para hacer algo así, sería necesario confrontar abiertamente con la jerarquía de la Iglesia Católica y con el poder que tiene dentro de nuestra educación. Sería imprescindible batallar contra los fascistas que impregnan la judicatura y el aparato del Estado. Y por supuesto, dar una fuerte respuesta desde las calles a Vox, al Partido Popular y todos los que impulsan medidas como el Pin Parental o recortan las leyes LGTBI en las distintas CCAA. 

Esto es algo que cualquier gobierno que se autoproclama feminista y defensor de los derechos LGTBI debería hacer. El ejecutivo del PSOE-UP, lamentablemente, parece que va en la dirección contraria: no tocar los privilegios de los de siempre y seguir ignorando una demanda (la asignatura de educación sexual) que supondría un paso adelante brutal para millones de jóvenes.

La respuesta de la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco (PSOE), es una muestra más de lo que decimos: en lugar de cargar contra la sentencia, ha pedido explicaciones a la concejala de Compromís porque “hay que ser prudentes en estos temas”. ¡Es increíble! ¡Cómo si fuera lo mismo la LGTBIfobia y quienes luchamos contra ella! Y además, ¿con qué hay que ser prudentes? ¿Con defender sin pensarlo los derechos LGTBI? El PSOE regala concesión tras concesión a la derecha.

Durante estos meses hemos visto las consecuencias de esta política nefasta: una escalada represiva brutal contra los derechos LGTBI y un avance político de los fachas que se sienten con total impunidad para atacarnos, agredirnos y humillarnos.

Desde el Sindicat d’Estudiants y Lliures i Combatives entendemos que este caso marca un precedente muy peligroso. No podemos permitir que la educación pública se convierta en la plataforma política de quienes nos quieren meter de nuevo en el armario a golpes. Debemos organizarnos centro a centro para frenarles los pies y defender consecuentemente los derechos LGTBI. ¡Únete a nosotrxs!

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