¡El pueblo catalán tiene derecho a decidir!

Después de días de una ofensiva policial y judicial sin cuartel en la que los derechos democráticos han sido pisoteados con saña, el gobierno del PP ha decidido utilizar la represión masiva para impedir al pueblo de Catalunya ejercer su derecho a decidir. En una operación que recuerda a los tiempos de la dictadura franquista, efectivos de la Guardia Civil han detenido a 14 cargos de la Generalitat responsables de la organización del referéndum del 1-O. Nada más conocerse las primeras noticias de estas acciones autoritarias, miles de jóvenes y trabajadores hemos tomado las calles de Barcelona y muchas otras ciudades para responder a la represión y defender la libertad y los derechos del pueblo catalán.

La incautación de propaganda asaltando imprentas y locales, la imposición de una masiva censura informativa, las detenciones de jóvenes por pegar carteles, las amenazas penales contra cientos de alcaldes, los registros indiscriminados en sedes del Govern e intentos de asaltos a sedes de la CUP, la prohibición de actos sobre el derecho a decidir en Madrid, Gasteiz, Gijón, la intervención de las finanzas de la Generalitat desde el gobierno central, o el envío de miles de efectivos policiales a Catalunya para intimidar a la población e implementar lo que de facto es un estado de excepción… esta es la receta con la que el PP, el aparato del Estado, Ciudadanos y, muy lamentablemente la dirección del PSOE, pretenden impedir que el pueblo de Catalunya ejerza su derecho a votar la relación que quiere tener con el Estado español, incluido su legítimo derecho a la independencia.

Un ataque sin precedentes contra los derechos y libertades democráticas

La ofensiva policial ha sido preparada de antemano por el gobierno.Tan es así que Rajoy se reunió a primeras horas del miércoles 20 de septiembre con Pedro Sánchez en La Moncloa y posteriormente con Albert Rivera. ¡Qué escándalo ver a los dirigentes del PSOE apoyando esta ofensiva franquista contra el pueblo de Catalunya!

La complicidad de los actuales dirigentes del PSOE con el PP para amordazar al pueblo catalán e impedir que se vote el próximo día 1 de octubre, pasará a la historia de la socialdemocracia como una de sus páginas más infames. Estas son las consecuencias nefastas de abrazar durante años el nacionalismo españolista y fundirse con la clase dominante en todos los asuntos esenciales. No sólo han abandonado el punto de vista del socialismo respecto a la cuestión nacional —que siempre ha defendido el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas—, los dirigentes del PSOE aunque llamen retóricamente a la “negociación”, se han colocado en los hechos al lado de los franquistas que niegan que Catalunya sea una nación y están dispuestos a emprender una nueva “cruzada”, recurriendo a la violencia y la represión del Estado, para demostrarlo.

La idea de que el referéndum del 1-O representa un “golpe de Estado” y es una imposición “antidemocrática” contra un sector de la población catalana, es una de las mayores mentiras que intentan vender los medios de comunicación al servicio de la burguesía española. Y un absurdo en sí mismo. Si tan seguro está el Estado, el PP y los partidos que se subordinan a ellos, de que los independentistas son una minoría, ¿por qué no aceptar las urnas? ¿Por qué impedir la votación? ¿Por qué en Venezuela sí pero en Catalunya no?

En una votación democrática sobre la autodeterminación, toda persona que no apoye la independencia tiene la opción clara de no votar o hacerlo por el NO. Partidos como el PP, Cs o el PSOE, que defienden la legalidad emanada del 78, tienen una gran cantidad de recursos y de influencia para hacer una campaña a favor de sus argumentos y contra la independencia. Por eso mismo, la auténtica razón que explica la actitud cerril de la derecha y del Estado no es que defiendan la democracia, sino todo lo contrario: es que niegan que el pueblo de Catalunya tenga derecho a decidir y que Catalunya sea una nación. Su posición no es más que la continuación de una línea de conducta que ha manifestado históricamente la burguesía española y su Estado centralista, aplastando manu militari la mayoría de las veces las aspiraciones democrático-nacionales de Catalunya, Euskal Herria y Galiza. Eso fue lo que sucedió bajo la dictadura franquista, y desde la Transición cualquier avance en estos derechos ha sido siempre el resultado de la movilización masiva.

En una rueda de prensa flanqueado por todos sus consejeros, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha señalado la realidad de la situación: “El Estado español ha suspendido de facto el autogobierno de Catalunya y ha aplicado de facto un estado de excepción”. Resulta realmente increíble que el dirigente de un partido nacionalista burgués tenga que decir estas cosas. ¡Hasta dónde ha llegado el PP en pisotear los más elementales derechos democráticos! Ahora se ve con toda claridad por qué el partido de Rajoy siempre se ha negado a condenar la dictadura franquista, y se puede apreciar lo que los marxistas siempre hemos defendido: que el aparato del Estado está saturado de elementos fascistas y reaccionarios, y que la llamada Transición no los depuró sino que los protegió y alentó.

En efecto. Lo que vivimos en Catalunya es la suspensión práctica del Estatut y del Govern, que tiene anulada sus funciones políticas más importantes. El PP y sus aliados, jaleados por los medios de comunicación de la burguesía españolista, se frotan las manos: por fin se cumple la ley, el Estado de derecho y reina la “democracia”. ¡El partido que está anegado de casos de corrupción, que recorta salvajemente en la educación y la sanidad públicas, que ha regalado más de 100.000 millones de euros a los banqueros, que nos desahucia de nuestras casas, nos condena a la precariedad y los bajos salarios, o respalda regímenes dictatoriales como el marroquí o el saudí y alienta las intervenciones militares del imperialismo… este mismo partido nos quiere dar lecciones de democracia!

¡Hay que responder con la movilización masiva de la clase trabajadora y la juventud: Huelga General ya!

Esta ofensiva franquista ha sido contestada en las calles de manera valiente y decidida por la población catalana, y el carácter multitudinario de esta reacción ejemplar sólo va a ir creciendo día a día. Pero es completamente necesario incorporar a esta lucha a la clase obrera, y que ésta se movilice de manera unitaria junto a la juventud y los sectores de la capas medias que ya lo están. Es también necesario impulsar la respuesta fuera de Catalunya, pues esta agresión contra las libertades democráticas representan una amenaza tremenda para el conjunto de la población de todos los territorios, y especialmente para los trabajadores, los jóvenes y sus organizaciones combativas.

Desde Esquerra Revolucionària apoyamos totalmente las movilizaciones que se están desarrollando por toda Catalunya y en el Estado español, pero si queremos doblegar el asalto autoritario perpetrado desde el gobierno central es urgente que el conjunto de la izquierda que lucha, los movimientos sociales y sindicatos de clase (CUP, ERC, Catalunya en Comú, Intersindical, CCOO, UGT, CGT…) pongamos manos a la obra organizando la respuesta más contundente posible, y esto sólo se puede lograr convocando ya una gran huelga general de 24 horas con la que paralicemos toda la vida económica y social de Catalunya.

Una huelga general en Catalunya que debe ir acompañada de un llamamiento a la movilización de la clase trabajadora y la juventud del resto del Estado español en apoyo al pueblo catalán y a sus derechos democráticos, pero que también debe ser un punto de inflexión para que la izquierda que lucha tome la dirección de este proceso, y una la defensa del derecho de autodeterminación con un programa contra la austeridad y los recortes sociales. Una movilización de estas características es el camino más efectivo para derrotar al PP y sus políticas franquistas, y lograr la salida de la derecha catalanista del Govern de Catalunya.

Por la república socialista catalana

La razón fundamental que ha impedido hasta el momento que el enorme malestar social que existe en Catalunya cuaje en una auténtica rebelión social que derrote al Estado, al PP y sus políticas capitalistas, es que las formaciones parlamentarias a la izquierda de la socialdemocracia (CUP, Podemos, Catalunya en Comú, Izquierda Unida), y los sindicatos, han renunciado a ponerse al frente de este gran movimiento de masas con un programa que una la lucha por la autodeterminación con las reivindicaciones económicas y sociales que demanda la mayoría de la clase obrera, la juventud y los sectores populares.

Se ha cedido la dirección formal de la lucha contra el Estado y el gobierno del PP al PDeCAT, permitiendo que estos políticos burgueses puedan aparecer como las únicas víctimas de la política autoritaria de la derecha españolista. Esto ha mantenido una división negativa entre la clase trabajadora. La dirección del “procés” por parte del PDeCAT no suma, como defienden los dirigentes de CUP y ERC, resta. Incluso desde el punto de vista de la defensa de los derechos nacionales, los dirigentes del PDeCAT buscaron todas las excusas posibles para no convocar el referéndum. Finalmente, la presión del movimiento y la evidencia de que si no lo hacían perderían estrepitosamente las elecciones les llevó (con muchas divisiones internas) a poner fecha.

A pesar de los deseos de la reacción y de su grosera manipulación de los hechos, vomitada constantemente en los medios de comunicación, la realidad es que los millones de jóvenes y trabajadores que no votaron en la consulta del 9-N o no acudieron a la Diada no rechazan el derecho a decidir. La gran mayoría de ellos se han movilizado contra todo lo que el PP representa: los recortes, los desahucios, la corrupción... Si no han hecho lo mismo en apoyo al referéndum, hasta ahora, es porque liderando el “procés” están Puigdemont y Mas, los del Caso Palau y la trama de corrupción del 3%, los mismos que siempre han estado al lado del PP contra los trabajadores, aprobando las reformas laborales, recortes en salud y educación, o las privatizaciones.

Pero ahora todo esto puede cambiar. Es indudable que la represión desatada desde el PP es una sacudida para millones de trabajadores y jóvenes de los barrios obreros de toda Catalunya. Las imágenes de la Guardia Civil practicando detenciones, y de Rajoy jactándose de manera arrogante de sus medidas represivas, están impactando en la conciencia de millones —dentro y fuera de Catalunya— porque son una repetición de lo que vivieron generaciones enteras bajo el franquismo. No hay que olvidar que los derechos democráticos que hoy disfrutamos, incluido el Estatut y el restablecimiento de la Generalitat, fue el producto de la movilización masiva de los trabajadores en Catalunya, muchos de ellos inmigrantes que con sus familias poblaban y pueblan las localidades del cinturón rojo de Barcelona y otras ciudades.

Ahora mismo se dan todas las condiciones para unir a los millones que ya están movilizados, dispuestos a defender en las calles el referéndum, con los sectores que también quieren luchar contra la represión pero desconfían del PDeCAT. Si los dirigentes de la izquierda estatal y catalana, y los sindicatos de clase, llaman a la huelga general y movilizan a la clase trabajadora, la juventud y los sectores populares, dentro y fuera de Catalunya,  por el derecho a decidir, contra el PP y la represión del Estado, desmarcándose claramente del PDeCAT —algo que la CUP debería hacer inmediatamente, rompiendo su pacto parlamentario con la derecha catalanista— y ligando esta batalla a la lucha contra los recortes, por empleo digno, la sanidad y la educación pública… no sólo sería posible frenar la represión sino abrir paso a gobiernos de izquierdas y a la república socialista catalana.

El único modo de hacer efectivo el derecho de autodeterminación es unificando a la gran mayoría de la población en Catalunya, y en primer lugar a la poderosa clase obrera catalana, con un programa que vincule de manera inseparable, como dos caras de la misma moneda, la lucha por la autodeterminación y la lucha contra el capitalismo. De la mano de la burguesía catalana es imposible una verdadera liberación social y nacional de Catalunya.

Desde Esquerra Revolucionària llamamos a todos los trabajadores y jóvenes de Catalunya a luchar de manera decidida contra este golpe autoritario del PP y el Estado, por el derecho a decidir y poder ejercer el voto el 1-O, y por una república socialista catalana que acabe con los recortes, que cree millones de puestos de trabajo con derechos y salarios dignos, que ponga fin a los desahucios, y que nacionalice la banca y las grandes empresas para colocar la riqueza al servicio de las necesidades de la mayoría.

Esta república socialista catalana generaría una simpatía arrolladora entre los trabajadores del resto del Estado (que tienen el mismo enemigo, la burguesía, y sufren los mismos ataques) y en todos los demás países de Europa, abriendo una senda para la transformación social y la liberación de todos los pueblos oprimidos.

¡Contra la represión y por el socialismo, únete a Esquerra Revolucionària!

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