El jueves pasado, la empresa, mediante escrito firmado por Álvaro Tello, director de Relaciones Laborales, amenazó con sancionar al compañero Xaquín por difundir a través del correo electrónico “mensajes ajenos a la actividad laboral”. El escrito identifica esos mensajes: un correo de las 23:16 horas del domingo 13 con el asunto “Prejubilación”, otro de las 22:19 horas del jueves 17 con el asunto “¿Qué está pasando aquí?” y un tercero de las 20:34 horas del martes 22 con el asunto “Convenio”. La empresa, cínicamente, acaba diciendo que de repetirse “se verá obligada” a adoptar medidas disciplinarias.

No es la primera vez. En la primavera de 2014, mediante requerimiento notarial, lo amenazó con llevarlo a los tribunales si no se retractaba de unas palabras dichas en una asamblea general; no lo hizo y la cosa quedó ahí. En 2017, durante la huelga indefinida de la industria auxiliar, la empresa lo acusó de desatender sus obligaciones laborales para “estar en la puerta calentando a las compañías”. Los compañeros/as de la CGT apoyamos totalmente aquella huelga y Xaquín echó muchas horas en la puerta, en dos ocasiones durante la jornada laboral. Pero en ambas lo hizo con pase a cuenta de las 16 horas del IV Convenio que la empresa nos había tenido que devolver. La empresa iba a abrirle un expediente sin comprobar los hechos de los que lo acusaba.

Esta nueva amenaza no es casualidad. A la tendencia general al recorte de los derechos democráticos, se suma que EN NAVANTIA SE QUIERE IMPLANTAR UN MODELO CUPULAR DE RELACIONES LABORALES, EN EL QUE TODO SE DECIDA ENTRE UN NÚMERO REDUCIDO DE PERSONAS Y EN EL QUE LOS TRABAJADORES QUEDEMOS REDUCIDOS AL PAPEL DE COMPARSAS. Lo vimos claramente en las negociaciones del convenio/plan, cuando hubo una total opacidad informativa (ocultación de las actas, ocultación de los documentos, etc.) por parte de los negociadores sindicales. Los correos de Xaquín rompieron ese bloqueo informativo. En alguna reunión de negociación, CCOO se quejó de las filtraciones.

Esta amenaza de sanción no tiene nada que ver con un supuesto mal uso del correo ni es una cuestión personal, sino que es un ataque contra el sindicalismo combativo y coherente en la defensa de los intereses de los trabajadores. Consciente de que la CGT ni se compra ni se vende, la empresa opta por la vía dictatorial, por la censura. Es una auténtica vergüenza que en una empresa pública, y con un gobierno que se declara socialista, un trabajador sea amenazado con una sanción por enviar a algunos de sus compañeros información sobre el convenio colectivo, un tema totalmente laboral. ¿También va a prohibirle la empresa hablar con los compañeros en la máquina del café? El compañero ya informó al comité de empresa, que debe protestar contra lo que es una limitación del derecho básico de los trabajadores a intercambiar información y opiniones sobre sus cuestiones laborales, exigiendo la retirada de la amenaza de sanción.

La actitud de la empresa representa un intento intolerable de limitar la libertad de expresión, pero en los tiempos que corren es completamente inútil. Estamos recabando información sobre los aspectos legales del asunto. Adoptaremos también otras medidas, que daremos a conocer próximamente. Pero TODO TRABAJADOR/A QUE QUIERA RECIBIR INFORMACIÓN PUEDE ESCRIBIR A: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., INDICANDO UN CORREO PERSONAL O UN NÚMERO DE TELÉFONO, Y TAMBIÉN SI QUIERE RECIBIR LA INFORMACIÓN POR EL CORREO, POR UNA LISTA DE DISTRIBUCIÓN DE WASAP O POR AMBAS VÍAS.

Asimismo, HACEMOS UN LLAMAMIENTO A TODOS LOS TRABAJADORES A QUE DIFUNDAN LA INFORMACIÓN POR TODOS LOS MEDIOS POSIBLES: BOCA A BOCA, COLOCANDO NUESTROS COMUNICADOS EN LOS TABLONES DE ANUNCIOS DE LAS FACTORÍAS, POR EL CORREO ELECTRÓNICO, POR EL WASAP...

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