El curso pasado conocimos el proyecto de Ley de Universidades de Ayuso. Además de allanar el terreno al recorte presupuestario, esta Ley acaba en la práctica con la universidad 100% pública. En lugar de depender de la CAM, el 30% de los recursos de las universidades vendrán de empresas privadas. Esto quiere decir que las universidades madrileñas tendrán que competir entre sí por estos recursos, adaptando la oferta educativa, las condiciones laborales y la calidad de la enseñanza a la rentabilidad de los empresarios.

Durante los últimos días nos estamos encontrando con la intención de ir un paso más allá en la destrucción de la universidad pública. La situación de asfixia de la UCM es el preludio del plan que tienen Ayuso y los empresarios de la enseñanza para nuestras universidades y nuestro futuro. Los últimos 11 años de infrafinanciación por parte de los gobiernos del PP culminan en este golpe final para acabar con la universidad pública.

La situación de la UCM es insostenible

Si bien la ley no se ha aprobado, la voluntad de acabar con el derecho a la enseñanza superior es evidente. Un nuevo giro de tuerca ha sido la negativa de la CAM a conceder 34,3 millones de euros a la UCM en formato de préstamo para poder hacer frente a la actividad de la universidad para este trimestre. Estamos hablando de que en la universidad presencial más grande del estado el pago de las nóminas de diciembre está en entredicho. Una situación sin precedentes.

El gobierno de Ayuso alega que no concede el préstamo porque no considera suficientemente austero el plan de reducción de gastos del rectorado de la UCM, que mantiene el recorte del 35% del presupuesto de cada facultad, e insinúa que la UCM debe congelar la contratación de nuevos profesores, no cubrir las jubilaciones y realizar despidos a la vez que propone una financiación por objetivos, como si la universidad fuera una empresa privada. Esto es un vil chantaje, o se aceptan todas las infames condiciones de la Comunidad de Madrid o la Complutense no podrá sostener su actividad docente e investigadora básica. Pero, aunque Ayuso decidiera mañana mismo conceder este préstamo, debemos ser muy conscientes de lo que esto supondría.

La UCM ya ha recibido otros préstamos similares y ya pesa sobre sus hombros una deuda millonaria. La Comunidad de Madrid está actuando como un ruin banco que asfixia económicamente a las universidades, obligándolas a pedir préstamos que necesitan para subsistir, pero que no podrán devolver si la CAM mantiene su situación de infrafinanciación. Así va aumentando la deuda pública de la UCM, lo cual en un momento dado puede ser la excusa de Ayuso para intervenir oficialmente en la gobernación de la universidad e imponer su política de recortes y desmantelamiento de la universidad pública.

Para Ayuso y el PP es todo ganancia: expulsar a la clase obrera de la universidad y que los empresarios hagan negocio

Mientras que en la pública nos encontramos con esta realidad, cada vez hay más universidades privadas y se invierte más dinero público en ellas, un incremento de la partida presupuestaria del 27% desde 2025. Esto demuestra que está claro que hay recursos, pero para una clase en concreto: los jefes de Ayuso, los capitalistas madrileños. No es casualidad que el beneficio anual de universidades como la UAX y la Europea esté por encima de los 500 millones, cada una. Todo esto garantizado a través de subvenciones, concesiones de suelo público, acuerdos de colaboración y aumento de la demanda por la destrucción de la pública. Y mientras tanto, el Ministerio de Universidades del PSOE no hace nada, ni mueve un dedo.

Y con esto, el PP cumple otro de sus objetivos políticos; expulsarnos de la enseñanza superior. Como buenos herederos de la dictadura, la derecha busca quitarnos el derecho a la formación académica y al conocimiento a la juventud de clase trabajadora. Derechos que se consiguieron gracias a la lucha y la movilización. Quieren volver a un mundo en el que solo puedan acceder a los estudios universitarios aquellos que puedan pagarlos y que los hijos de la clase trabajadora solo podamos estudiar lo básico e imprescindible para ser carne de la explotación laboral salvaje. No olvidemos que esta situación de destrucción de la enseñanza pública trasciende a todos los niveles.

Levantemos la resistencia contra el PP: ¡Hacia la huelga!

Otro aspecto de la Ley Universitaria de esta facha es el incremento salvaje de la represión. Se habla de introducir multas de hasta 300 mil euros por desplegar una pancarta o participar en una manifestación en la universidad. Se preparan para la batalla, y nosotras y nosotros tenemos que hacer lo mismo.

No debemos olvidar la fuerza que demostramos el curso pasado, primero en la gran manifestación del 23 de febrero y luego en la huelga general educativa del 28 de abril. Fuimos capaces de llenar las calles y vaciar las aulas de todos los niveles educativos de la Comunidad de Madrid.

Ahora tenemos que avanzar hacia el mismo camino, y los dos días de huelga universitaria que se convocarán para finales de noviembre a través de las plataformas universitarias por la Pública debemos aprovecharlos para calentar motores, reactivar la lucha por la educación pública y avanzar a por una gran huelga general educativa contra Ayuso y sus recortes y privatizaciones.

Igual que debemos avanzar hacia la unidad en la lucha con el resto de sectores públicos en lucha y con el resto de trabajadores de Madrid. Tenemos que ir a por una Huelga General capaz de tumbar el gobierno infame de Ayuso.

Este es nuestro programa. ¡Únete a nosotrxs para luchar por ello!

• Abajo la nueva Ley de Universidades de Ayuso: basta de recortes y de represión en los campus.

• Mantenimiento de todas las titulaciones, grados y másteres garantizando el 100% de la financiación pública.

• Universidad pública, de calidad y gratuita: Eliminación de las tasas. Todos los recursos de la privada tienen que ir a la pública para garantizar el derecho a la educación.

• Habilitación de más de 50.000 pisos asequibles para estudiantes: nuestra educación no es para enriquecer a rentistas y especuladores.

• Basta de privatizar los servicios de cafetería, librería y limpieza: condiciones laborales dignas para todos los trabajadores.

• Contratación inmediata de más de 1.500 profesores fijos: basta de temporalidad y precariedad laboral

• Presupuesto de 200 millones de euros para rescatar la universidad pública: para renovar infraestructuras, materiales en aulas y laboratorios, mantener prácticas y salidas, etc.

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